28 may 2010

De la ley lectoral aquella... vienen estos lodos.

No cabe duda de que estamos ante un Gobierno de tiempo tasado, aunque el “problema” reside en el tasador y la fórmula de la tasación. Ayer, Durán dio su apoyo para que no hubiera cita electoral previa a las catalanas; Sanz, la verdad, por no se qué, pues Yolanda Barcina existe; y Rivero porque juega a estadista, y hoy está de visita oficial a Portugal. Ayer Durán ya dijo que le espera a la hora de los Presupuestos; y es lo mismo que Molins le dijo a González por cuando Aznar le decía lo del “márchese”, mientras Trías actuaba de portavoz oficial. Aun contando que CC seguirá dándole sustento, el próximo apoyo, para los PGE’2011, depende del PNV, hoy en el ostracismo de la ceja.

Los apoyos; me duelen los apoyos. Los del Gobierno tiran de chequera y ahí nos duele a todos. De cuando el primer Aznar, los apoyos, están perfectamente contabilizados: a Arzalluz le endilgó una pasta gansa con destino a la Hacienda vasca, Ley Quinquenal de Cupo por medio; a Pujol 2’5 veces más que los vascos a través de una Comisión Mixta de Traspasos Gobierno-Generalitat; a Coalición Canaria… la cosa está más difícil de cuantificar porque fueron transferencias de competencias y ningún economista acierta; vamos, que no hay dos cifras coincidentes.

Y todo esto me lleva a una cuestión: ¡lo que cuesta perpetuarse en el poder! Ayer Aznar, hoy ZP.

No obstante, yo a lo mío: hay que reformar la ley electoral, hay que dar más juego. El sistema electoral español está deliberadamente diseñado para favorecer la creación de mayorías que den gobiernos estables. El reparto de escaños en la vieja piel de toro es poco proporcional. Se buscó prevenir la fragmentación excesiva y la inestabilidad de los años de la Segunda República. El voto en blanco se considera válido y es tenido en cuenta para los porcentajes.

El que la circunscripción sea la provincia nos lleva a esta cuestión. Casi 100 partidos concurren a las citas electorales nacionales y la mitad son localismos o regionalismos, por no señalar las limitaciones porcentuales y el Sistema D’Hont. Existen otros métodos de reparto, como el Cociente Droop, que aunque sigue favoreciendo a los mayoritarios, es más proporcional. Hay una subcomisión que estudia esto, pero… En Inglaterra Cameron, obligado, está manos a la obra. En Cataluña Montilla enterró su propia propuesta. En el poder nadie quiere, si no le obligan, acometer la cuestión. En marzo pasado PSOE, PP y nacionalistas bloquearon la reforma del sistema electoral que pedían IU y UPyD. No sé si Llamazares o Rosa Díez dijeron aquello de “sistema a la carta para PSOE y PP, y aceite de ricino para una tercera fuerza estatal”. Lo que no es de recibo de que cada diputado tenga un “precio”: en las últimas, al PNV le sale el diputado a 50.541 votos y a IU a 481.520 votos; al PSOE, a 65.470 y al PP a 66.470; a CiU a 70.392 y a Rosa Díez a 303.535 votos. Esto no puede ser así.

Mi apuesta: circunscripción electoral nacional única, como en las Europeas. Si la soberanía es del pueblo español, ¿a qué estamos esperando? Territorialidad nacional; al ser la nación un distrito único solucionamos las cuestiones de justicia representativa. Si queremos poner un listón mínimo, pongamos el 1%, que ya restringe, y en plan nacional evitaremos también la sobreinfluencia de los nacionalistas por doquier: tanto tienes, tanto vales. Y si de verdad tanto tienen, pues que valgan. Si CiU sacó 774.317 votos y le han dado 11 escaños, los 963.040 votos de IU no pueden valer 2 escaños… y los 303.535 de Rosa Díez no pueden convertirse en uno mientras a Nafarroa Bai, con 62.073 también le dan uno. Esto hay que cambiarlo.

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