1 sept 2010

Cluny: 11 siglos de su fundación

Mañana se cumplirán once siglos de la fundación de la Abadía de Cluny, y todo un milenio desde que surgió el Románico.

Hace 1.100 años, Guillermo I de Aquitania -El Piadoso- (y aprovecho para recordarle a ese veterano periodista local que es Manuel Esquembre que llamar a un político “el corto” no es acertado si se trata de una cuestión de temporalidad, que no de talla, siendo más exacto titularle “el efímero”) fundó la institución. El conde de Auvernia dejó hacer al Abad Bernón de Beaune y éste impuso la Regla de San Benito, la del “ora et labora”.

Y a fe que laboraron bien porque los benedictinos fueron elemento clave en la estabilidad de aquella Europa hasta bien entrado el XIII; y Cluny el epicentro de la fe, la arquitectura y el conocimiento.

Aquél monasterio fue la primera auténtica comuna moderna; la abadía se constituyó como unidad absolutamente autosuficiente. Además, fueron los verdaderos impulsores del Camino de Santiago.

Lo más llamativo es que estando en el corazón de Francia fuera el oro islámico, que generosamente entregaban los reyes de Castilla y León, el que levantara aquél imperio. Más de mil fundaciones surgieron por toda Europa llevando el espíritu de Cluny a todas partes, independientes de cualquier poder laico y eclesiástico. En España sólo establecieron 23 abadías.

El caso es que Cluny murió de gloria. Acumuló tanta riqueza que se relajó la norma hasta el extremo de propiciar la reforma del cisterciense Bernardo de Claraval que ya en el XII criticó el apego cluniacense al dinero y al poder… como bien se ve en “El nombre de la Rosa” con un fray Guillermo de Baskerville (¿del mismo Baskerville Hall que el sabuso que investigaron Holmes & Watson?), Ubertino da Casale, Michele de Cesena, el inquisidor Bernardo Gui y el ficticio bibliotecario ciego Jorge de Burgos que, mira por dónde, nos tocó el pérfido ocultador de la Poética de Aristóteles.

Pelillos y películas a la mar, lo que nos ha quedado es el Románico: arcos de medio punto; piedra escuadrada, sin pulir; bóvedas pétreas de cañón y horno; pilares como sustentación; naves amplias y elevadas; cabeceras de semitambor y ausencia de figuración escultórica… por toda Europa… desde la catedral de Vác en Hungría, a la inglesa catedral de Durham (camino ya del gótico), culminando itinerario, que no evolución, en la catedral de Santiago de Compostela que, por mucha fachada barroca que exhiba, es románico puro y espléndido… como demuestra el sin par Pórtico de la Gloria… y sin tener nada que ver con el Románico Astur que es otra cosa.

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