26 oct 2010

Viriato, Valencia... y una de romanos

Por higiene mental no veo los programas del hígado de Telecinco. Y ayer, ¡qué gran problema!: me habían suprimido mi dosis de CSI y en su lugar me ponen una chaladura borbónica. Vamos, a huevo: Antena 3. Y mira que me había vacunado desde que supe (febrero de este año) que estaban grabando “Hispania, la leyenda”, porque no podía ser más que una leyenda y como no iban a tirar la casa por la ventana y no iban a echar mano de un Ramón Menéndez Pidal, como hiciera Anthony Mann para su “Cid”, pues me temía lo peor. Y así fue. Aún estoy lamentando haberme puesto frente al televisor.

De Viriato sólo sabemos a ciencia cierta que lo mataron en el 139 aC tres de los embajadores que él había enviado a negociar con Quinto Servilio Cepión una paz por la que luchaba desde que el 150 aC pudo salvar su vida en la encerrona que hizo Galva a las tribus de la Hispania Ulterior. Servilio Cepión estaba en Córdoba entonces y Viriato no debía andar muy lejos. ¿Por la zona de Martos, Jaén?

Estábamos anoche en tiempos de la 2ª Guerra Púnica y en medio de las Guerras Lusitánicas -o Guerras Fieras- en la Hispania Ulterior del siglo II aC. En concreto, en la Turdetania (Valle del Guadalquivir, desde el Algarbe portugués a la Sierra Morena, que mide 400 km.). Vaya Ud. a saber. El caso es que entre 150 y 147 aC, Viriato es uno más en la pelea; pero en 147 consigue el respaldo de las tribus y los romanos terminan por cambiarle el título de latrone (bandido) a dux (líder). Su éxito fue la guerra de guerrillas: emboscadas y movilidad (buen conocimiento del terreno) junto a la osadía (acciones muy lejos de sus bases). Sufrió un par de derrotas graves, pero salvó la vida y entró en el campo de la estrategia y el pacto que le dieron también excelentes resultados. En 140 aC derrotó a Quinto Fabio Máximo Serviliano, consiguió la paz y el título de “Amigo de Roma”, pero el hermano y sucesor de Quinto, vengó la afrenta y eliminó a Viriato sobornando a sus tres embajadores. La frase “Roma traditoribus non premianunca fue pronunciada y en cuanto a los tres nombrajos de sus asesinos -Audax, Ditalco y Minauro- nade se sabe; ni si fueron ejecutados en la Córdoba de entonces o vivieron en Roma como acostumbraba a pagar la metrópolis.

A Galva me lo sacan malo malvado; fue juzgado en Roma por la masacre del año 150… y salió absuelto. De la IV Legión ... bien pudo existir; hasta el 43 aC las legiones se constituían y licenciaban según las necesidades y no se les ponía nombres. Hasta ahí, pase.

Espichante: me sacan en un par de escenas ¡falcatas de plata! Casi me da un pasmo cuando lucha Viriato con una de ellas. Otrosí digo: el campamento romano es fantasmal; pero ni cardo ni decumano y la zona del Praetorium es de juzgado de guardia. Y lo más grave, montan a caballo con silla y estribo. Vale que los celtas ya idearan una montura, pero el estribo no lo ven los romanos hasta el 378 dC en la batalla de Andrinópolis (en Turquía)… y la caballería romana (de Oriente) la emplea ya en el siglo IV y en Occidente no llega hasta el 475 dC… aunque era considerado una mariconada y preferían montar “a pelo” con lo que no se generaliza hasta el siglo VIII en Francia… y en España la vemos con la llegada de los árabes.

No sé si esperar al capítulo II del miércoles.

Resulta que cuando Tito Livio cuenta la fundación de la ciudad de Valencia (el cap i casal que dicen por estas tierras surestino-levantiscas) escribe: (¡¡atención!!) “Iunus Brutus Cos. In Hispania iis qui sub Viriatho militaureant (o militaverunt, que no se ponen de acuerdo con la maltrecha inscripción) agros et oppidum dedit, quod oucanthum est Valentia”. Vamos, que a simple vista parece que dice que “el cónsul Junio Bruto dió en España tierras y un lugar fortificado –oppidum- que recibió el nombre de Valencia” a los soldados romanos que lucharon contra Viriato. Vamos, que se les licenció y se les dio, en el 139 aC, una isla inmediata a la desembocadura del río Turius, en la Edetania, que llamaron Valentia Edetanorum, en honor a la valentía demostrada por aquellas gentes.

Pues bien, en los años setenta el sacerdote y catedrático de latín don José Esteve Forriol tradujo el texto y señala que “sub Viriatho militaureant (o militaverunt)” quiere decir “lo soldados que lucharon bajo (sub) las órdenes de Viriato”… luego Valentia fue la ciudad concedida en la paz a Tautalo, sucesor del asesinado Viriato, y ¡a las huestes lusitanas de Viriato, y no a la legión romana licenciada tras la pacificación!

En fin, que va Rubalcaba y dice ayer en Santander que la Educación va bien en España.

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