28 dic 2010

La tarifa eléctrica

No sé si hay coincidencia semántica con el día de hoy, pero hoy todos hablamos de la subida de la luz del 10% (redondeando) para 2011…

De lo que Ud. paga hoy en el recibo de la luz, el 53 % es energía “real” consumida, que desglosaremos en 34,4 % para la generación de esa energía, 4,3 % para el transporte de la misma y 15,1 % en concepto de distribución hasta su casa; el 18,2 % es debido a primas a energías renovables (de esas que nos cuestan un cataplín, fardamos un montón y, poco a poco, el gobierno dinamita); el 16,5 % se corresponden con impuestos; el 5,7 % se debe a las anualidades del déficit eléctrico titulizado (el quid de la cuestión, y de largo tratamiento… de ese que acusan a Aznar); el 2,8 % tiene su origen en lo que se llaman compensaciones extrapeninsulares (por llevar la luz a las islas patrias) el y 4 % restante es para el programa de ahorro y otras gaitas que se inventan.

España tiene pues un problema con la tarifa eléctrica por la decisión de un Gobierno Aznar de mantener unos precios artificialmente bajos y posibilitar que la luz llegara a todos los puntos del España y, a día de hoy, por la absolutamente absurda y desenfocada política energética del Gobierno ZP, empeñado en demonizar la energía nuclear. 

Con las culpas al 50% (Aznar permitió el déficit eléctrico, pero ZP se empeña en no optar por la nuclear), los más perjudicados por el erróneo modelo energético del desgobierno ZP -que basa toda su estrategia en las energías renovables, la eólica y las dependientes de la energía solar- somos los sufridores en casa y las empresas. El de ZP, no nos cabe duda, es un modelo que garantiza una energía limpia, pero que nos cuesta un ojo de la cara-y otro del puente- porque está indisolublemente ligado a las subvenciones, por lo que resulta muy caro. Los españoles deberían reflexionar sobre este aspecto y decidir si quieren pagar más que los países de nuestro entorno o si, por el contrario, el Gobierno debe aparcar sus trasnochados prejuicios ideológicos y, como hacen otras economías de nuestro entorno, potenciar la energía nuclear, respetuosa con el medio ambiente y capaz de mejorar el mix energético con garantía de suministro a unos precios razonables que no graven más el recibo de la luz de las familias y que permita a las empresas producir de manera competitiva.

Miguel Ángel Patino, en EXPANSIÓN (expansión.com) fue ayer clarísimo:

1. Desde hace una década, los sucesivos gobiernos del PP y del PSOE no se han atrevido a subir la luz lo suficiente. El resultado es que las tarifas no cubren los costes, creando un déficit que ya suma 14.000 millones de euros y pronto superará los 20.000 millones, aunque las empresa ganen millones.
2. En su día, el Gobierno del PP reconoció que las eléctricas tenían derecho a cobrar el déficit. Se inventó la titulización eléctrica, que continuó el PSOE. Consiste en pedir préstamos a los bancos con los que resarcir a las eléctricas.
3. La crisis financiera internacional que estalló en 2008 hizo que el déficit de tarifa no se pudiera financiar con más créditos y la caída de la demanda lo agravó.
4. Todos deberían hacer examen de conciencia. El PP ideó el déficit de tarifa. El PSOE lo aumentó. Mientras las titulizaciones funcionaron, las eléctricas disfrutaron de ellas. Los consumidores eran felices porque tenían luz barata, sin importarles si a futuro iban a pagar más. Antes de la crisis, todo era un mundo idílico, que además se pintó de colores, con el boom de la energía verde. Con suculentas subvenciones, España duplicó sus renovables entre 2004 y 2010.
5. Con las titulizaciones paradas, los costes eléctricos disparados por las subvenciones verdes, la demanda sin repuntar y decenas de centrales paradas, en 2010 todos terminaron culpándose unos a otros. El PP al PSOE y viceversa. Las eléctricas contra las renovables. Y las renovables contra las eléctricas. Los eólicos culpan a los fotovoltaicos de beneficiarse más de las subvenciones.
6. Por si fueran pocos, el Gobierno de Zapatero creó otro frente al sobrecargar al sistema con subvenciones al carbón nacional, para salvar la deficitaria minería española. Las contradicciones se redoblaron. ¡¡¡Un Gobierno que se proclamaba el más a favor de las renovables del mundo, creaba incentivos para el contaminante carbón!!!
7. Las soluciones energéticas sólo podrán llegar cuando se alcance una visión de Estado, que ponga fin a las incongruencias ideológicas en política y a los reinos de taifas de las autonomías.
8. El 9’8% de subida desde enero es una subida récord de una sola vez. Pero, es poco si se tiene en cuenta que, según algunos cálculos, la luz debería subir otro 30% para acabar con el déficit. Los usuarios se quejarán de la subida, obviando otros beneficios. Un servicio más caro incentivará el ahorro energético, asignatura pendiente en España.
9. Seguro que habrá más subidas, pero no tan abruptas. El decreto no es para bajar el recibo, sino para que no suba tanto en próximas ocasiones. Lo que ha hecho el Gobierno es abaratar, por ley, las cargas del sistema eléctrico. O se suprimen, como ha sido el caso de una parte de subvenciones a las renovables (especialmente las fotovoltaicas), o se obliga a las eléctricas a asumirlas de su propio bolsillo. Al final, acaba pagando el usuario.
10. El decreto introduce la idea de que todos deben hacer un esfuerzo. Junto a la subida del recibo, el Gobierno, en la práctica, lo que hace es una derrama colectiva, para que entre todos los vecinos de patio eléctrico, se paguen los desperfectos del edificio. El tiempo dirá quién pierde o quién gana más, en función de las medidas legales que se planteen. Las eléctricas se lo piensan. Las fotovoltaicas darán batalla legal en España y en Bruselas. A las fotovoltaicas se les da tres años más en cobro de primas a futuro, pero de golpe, hasta 2013, se les recorta 2.200 millones de euros en subvenciones, un 30% de las que cobran. A las eléctricas se les fuerza a pagar algunas partidas y nuevas tasas, pero se les ha dado más seguridad para cobrar el déficit de tarifa, con titulizaciones con aval del Estado hasta 22.000 millones de euros en 2011. Colocar esas emisiones en plena crisis de la deuda soberana es algo más que un reto. Será toda una proeza financiera.

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