21 ene 2011

Dólares rosas

Hasta en la guía que hice para Benidorm (y que aún -y no sé por qué- no ha visto la luz) señalé la importancia que venía teniendo en la ciudad el Turismo Gay absolutamente incardinado en la Ciudad-Turismo y sin epígrafe diferente más allá de la localización geográfica de los sectores.

Según el Consell de la Joventud de la Comunitat Valenciana debemos decir Turismo LGTB.

Hasta ahí bien; sin más.

Pero es que hoy he leído la crónica que para AFP ha hecho el británico Denholm Barnetson sobre su estancia en FITUR'2011, y no puedo menos que reflexionar.

Bajo el título de "La industria del turismo le hace ojitos a los dólares rosas", el corresponsal se lo curra en cuanto a los destinos "gay friendly" (LGTB friendly, debió escribir). Barnetson es todo un personaje: lo mismo cubre el Tour de Francia que el Festival de Cannes; una revolución en Tailandia o el asesinato de Rajiv Gandhi... y logra escapar de la milicia tribal en su periplo pakistaní. Un plumilla todoterreno.

"De mercado marginal a mercado pleno", señala  Barnetson, desde el Pink Corner de la feria madrileña, con datos de la International Gay & Lesbian Travel Association -IGLTA: 2.200 miembros en 87 países- que ya es miembro de la OMT (como Benidorm, Oh, la la.). El Turismo LGTB representa el 6% del mundial y gasta un 30% más, una de sus frías genialidades.

Lo que más me gusta de la crónica es cuando señala que "algunos hoteles van a capacitar a su personal en cuanto a cómo debe ser su comportamiento ante parejas LGTB" (lo de LGTB es cosa mía; allí ponía gay). Me parece increíble que haya que llegar a esos extremos; ¿dónde quedó la profesionalidad? Bueno, eso -la profesionalidad-depende de los destinos turísticos. La cuestión no es que se sientan diferentes, como bien explica Ian Johnson (de IGLTA); es que se sientan atendidos como lo son los demás clientes. Es que no son otra cosa más que clientes. Ya está bien de que la bandera "arco iris" sea sinónimo de refugio. Tampoco es que deba ser bandera corsaria, pero es que vivimos ya en el XXI.

Cualquier destino está hoy en condiciones de atraer turistas LGTB; no hay porqué entrar en fases de ghettización. Sin ir más lejos, en este FITUR, Granada se ha lanzado como destino LGTB.

Me asombra de que en Argentina exista una Cámara de Comercio Gay, distinta de la Cámara de Comercio ¿"oficial"?. Hay que pasar a otro nivel. Que sea algo más que otro "nicho" de mercado; que la normalización los sitúe en un mercado más abierto, en el mercado turístico

No sé si lo del alcalde Navarro en FITUR ha sido, en cuanto a Benidorm, cortar de raíz la polémica que mantiene (o mantiene con él otro personaje) en cuanto a la factura que le pasan una palabras que no se las lleva el viento, pero lo que hay que hacer es eso: hacerle ojitos a los dólares rosas, pero sin aspavientos. Benidorm tiene ya su posición; incluso ha editado una guía dirigida al Turismo LGTB (léase gay) y en la ciudad que lo vive todo no desentona nada... ni nadie.

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