18 mar 2011

Sobre el mal uso de la información científica; ¡ponga un geógrafo en su vida!



Esta mañana me he desayunado titulares como “El cambio climático amenaza la industria del turismo en el litoral del Mediterráneo. Un estudio europeo muestra que el sector tendrá que adaptarse, ya que a final de siglo bajarán un 40% las lluvias y subirán tres grados las temperaturas” (Las Provincias); “Alicante es más vulnerable que Valencia al cambio climático por la caída de rentas. Los especialistas universitarios apuestas por la desolación –obviamente es una errata y debería figurar la palabra desalación- y una mayor reutilización del agua” (La Crónica Virtual); “El turismo alicantino es más vulnerable al cambio climático” (Valencia Plaza); o “El turismo en el mediterráneo español es el más vulnerable al cambio climático, según la UA” (Europa Press).

Ni me podía imaginar que el adelantar los resultados de una investigación de la magnitud de la ESPON-Climate pudiera ser interpretada de esa forma. Pero es que los autores del informe, ¡¡tampoco!!

La conocía y de la red tenía la versión de marzo de 2010 (de hace 1 año) de un proyecto de investigación que sigue en marcha: The ESPON 2013 Programe. ESPON-Climate: Climate change and Territorial Effects on Regions and Local Economies. Revised Interim Report. Ojo al dato: The ESPON 2013... y estamos aún en 2011, por no insistir en los de “Revised Interin Report”; casi ná.

Rápidamente contacté con los dos nombres conocidos más cercanos de los 28 autores del estudio que, insisto, aún está en marcha y no ha sido concluido. Más que nada porque son dos soberbios profesionales, jóvenes catedráticos de Geografía de la Universidad de Alicante -Jorge Olcina y Fernando Vera-, por los que siento veneración académica. Es que la UA, forma parte, con la UAB y la UB (ambas de Barcelona) -las 3, por España- de este proyecto que coordina la Universidad Tecnológica de Dormund (TUDO), e integran, además, la Universidad Tecnológica de Helsinki (HUT/YTK), el Turku School of Economics (TSE, Finlandia), la Universidad de Newcastle (UN-IRES), el Instituto Noruego de Desarrollo Urbano y Regional (NIBR), el Instituto para la Investigación del Impacto Climático (PIK, Postdam, Alemania), el Servicio Geológico de Finlandia (GTK), el Instituto Federal Suizo de los Bosques, la Nieve y la Investigación del Paisaje (WSL), el Instituto de Planificación Urbana y Regional (VATI, Hungría), la Universidad Tecnológica y Económica de Budapest (BUTE), el Instituto de Planeamiento Urbano y Regional de Rumanía (INCDURBAN) y la Agencia para el Apoyo al Desarrollo Regional (ARR, Eslovenia). En fin, ESPON-Climate’2013 es un proyecto de alemanes, fineses, ingleses, noruegos, alemanes, suizos, húngaros, rumanos, eslovenos y españoles; la flor y la nata de la investigación climática y la ordenación del territorio.

Están molestos los redactores del informe y de la nota de prensa emitida ayer bajo el título “Ideas básicas. Proyecto ESPON-Climate. Litoral Mediterráneo Español” por los titulares y las informaciones de prensa de hoy. En realidad, la nota dice que están “evaluando la vulnerabilidad de las zonas turísticas de las costa mediterránea española” al tiempo que analizan “la capacidad de adaptación y respuesta”. Claro, luego “complican” la cosa con una frase que dice: “En general, la vulnerabilidad tiende a aumentar de norte a sur en el litoral mediterráneo español debido al aumento de la exposición y la disminución de la capacidad de adaptación (especialmente en lo que se refiere a los ingresos)”. Y es que son “terribles” estos chicos; van y dicen que la Costa del Sol es “un caso extremo” y será, por ello, “la zona española con mayor vulnerabilidad de todo el litoral… si no se toman medidas de adaptación”.

Y va a más la nota: “Para el litoral de Valencia y Alicante el análisis de las variables ESPON…” señala que “la exposición a la escasez futura de recursos hídricos es alta…” y que “Los impactos pueden llegar a ser importantes. La capacidad de adaptación al cambio climático mejora esta situación en Valencia pero en Alicante… la capacidad de adaptación es más baja”. Y da el motivo: “menor renta per cápita”. Y antes de señalar las variables y la metodología del estudio, que -insisto- sigue en marcha, concluyen con una frase lapidaria: “la adaptación a la falta de agua debe orientarse a la mejora de la gestión de la demanda de agua” y plantea que hay que trabajar sobre “la gestión del crecimiento urbano-turístico”. Ah, cita la palabra “desalación” y la considera una “alternativa”. No dice otra cosa.

Pues bien, entre la nota y la interpretación, plasmada en los Medios de Comunicación, va un trecho tan grande que los investigadores califican de peregrinas las reseñas informativas aparecidas en Prensa, emanadas de la nota informativa, en las que se plantean confrontaciones Alicante-Valencia hasta en cuestiones de renta, o se centran en contraponer trasvases y desaladoras que, por cierto, es lo que hay en la vida política de la Comunitat… y los Medios la viven con intensidad. Pero, desde luego, la entrega a la investigación y el compromiso social que supone este magno estudio y la fase en que la Universidad transmite sus conocimientos a la sociedad, la volvemos a malograr tal vez, me permito señalar, porque a la cortedad de miras de muchos editores se une la ausencia de algún geógrafo (yo siempre tirando para casa) como asesor científico de las Redacciones para casi todas las informaciones.

En fin, pongan un geógrafo en sus vidas y verán cómo se ven mejor, mucho mejor, las cosas.




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