8 abr 2011

COSAS DE PUEBLO... PARA EL 22M


La última, por ahora, de 22M en mi pueblo -Benidorm es como un pueblo gordo- no es otra que cambiar la ubicación de dos colegios electorales donde el PP gana, siempre, por goleada. Cierto que en el amor, en la guerra y -ahora resulta que- en las cuitas electorales ¡todo vale!, pero esto no es más que una chorrada. No por ello la gente, considero, va a dejar de ir a votar, pero sí que será poner una piedrecita en el camino del votante; en un caso más que en el otro. Esta decisión, a los del PP los tiene movilizados a tope; van pidiendo firmas para que se reponga la tradicional ubicación de mesas. Estamos entretenidos en el pueblo.

Cambiar las mesas de la casa parroquial, o lo que sea, de la Iglesia del Carmen para tener que ir a votar en las recientemente abandonadas dependencias de la CAM para Extranjeros sólo evidencia que la CAM se ha apretado el cinturón en cuanto a oficinas. Este colegio cambia tanto como el cambio climático. La verdad es que los parroquianos de este sector estamos acostumbrados a cambiar de ubicación, pero llevábamos una temporadita a la vera de la playa y era una gozada ir a votar a la vera del mar. Es más, en este colegio electoral estábamos como en familia: la mitad de los vecinos son interventores y apoderados -unos, por defecto, y otros, por exceso- y entras, cuando menos, en charleta a migable, parabienes y comentarios varios tras saludar a todos los integrantes de la mesa. En realidad, te sumabas a la Fiesta de la Democracia que dicen que es.

Otra cosa es cambiar las mesas del Colegio Lope de Vega y subirlas, literalmente subirlas, a la cota 75, al CP Serra Gelada. Eso es una putada, sin set de escalada. El Lope de Vega tenía su atractivo: amplitud, sombra, aparcamiento, bar, etc. La espera se hacía agradable. Allí votaba, por ejemplo, Eduardo Zaplana y tanto como concejal de Benidorm, alcalde de Benidorm, presidente de la Generalitat, ministro y ahora directivo de Telefónica, pues movía a los Medios a pasar un ratito por allí. Ahora les espera a los votantes una subida de órdago -escalada- por la calle Moscú, creo. Y al llegar a la verja, nueva escalada peldaño a peldaño hasta la mesa. Perderá glamour la cosa.

Y la verdad, para mí ha perdido mucho lo de ir a votar. Estoy falto de ilusión ilusionante y, además, he visto un estudio económico de la fiesta de la Democracia que, habida cuenta de que cada voto les reporta a los partidos tanto como si metiéramos un billete de 5 € en cada sobre, me deprimo. Hombre, yo por 10 euros quiero mucho más de lo que me dan los políticos del Ayuntamiento y de la Generalitat. Y eso que todo lo que se vayan a gastar, ¡¡y lo que vayan a recibir por concejal y diputado electos!!, lo hemos pagado ya.

Bueno, todo esto sin saber qué va a pasar con la lista del PP al Ayuntamiento de Benidorm, que esa es otra.


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