9 oct 2011

DE CABAÑUELAS… FRANCISCANAS



Acabando el mes, del 28 al 31, se va a celebrar en Los Villares (Jaen) el Xº Congreso Nacional de Cabañuelas (y Astrometeorología). Ahí es nada. Y uno creyendo que esto era cosa de pueblo y había caído en el olvido.

Hay dos ponentes valencianas (de Tavernes  de la Valldigna y Valencia) y un alicantino, Miguel García Ferrández. Nivel, Maribel, en algunos casos. Las ponencias de estos tres representantes de la Comunitat son de lo más atractivo: “Los colores del cielo”, “El cambio de la luna en la predicción del tiempo a largo plazo” y “Ritmos en las series meteorológicas de la península Ibérica”. Llama la atención la mezcolanza de actividades profesionales que van desde la contemplación del firmamento a la videncia (¿?) pasando por las matemáticas aplicadas y la universidad. ¡Toma, Jeroma, pastillas de goma que son pa la tós!

Estaremos atentos; van a tratar de meteorología empírica y eso ya de por sí merece un atractivo respeto. Ya les contaré… espero.

He leído por ahí que de efectuar comparativas entre el Nivel del río Nilo y la estrella Sirio, allá por el siglo IV a.C., comienza esto de predecir el tiempo a través de las “cabañuelas”.
El hombre siempre vio signos y símbolos que animaran a hacer “sus cosas”. Hay que reconocer que con el paso de los siglos, las cosas paganas del tiempo fueron sustituidas por émulos cristianos que venían como caídos del cielo: las lluvias de mayo que antaño venían con el ocaso matutino de Sirio pasaron, hogaño, a ser auspiciadas por San Isidro Labrador, faltaría más; las sementeras que preludiaban el mayor resplandor de las Pléyades (Las 7 Hermanas) cambiaron patrocinio por San Martín (de Tours, el santo que partió su capa para cubrir a un mendigo aterido de frío y el Señor le recompensó con una buena meteorología); y, por ejemplo -que hay muchos más y sería cuestión de nunca acabar- las fiestas de la Luna tornaron todas a María, a la Virgen María.  

Pero volviendo a las “cabañuelas” y a la meteorología empírica, parece que no ha habido civilización antigua sin sus “cabañuelas”; en todos lados cuecen habas y hasta los Mayas (a los que se les acabó el calendario en 2012, que no el mundo) las practicaban como “caban”, de donde se dice que algún clérigo al que mandamos al Nuevo Mundo se trajo el término “cabañuelas”.  

Comúnmente la predicción parece que se hacen con los días del mes de agosto: del 1 al 12; y se confirman, al revés, del 13 al 24. Pero las “cabañuelas” también salen, dicen, del analizar el día de San Mateo (21 de Septiembre), entre las 8 y las 20 horas UTC (Tiempo Universal Coordinado, medido por relojes atómicos y el segundo intercalar de marras),  de lo mismo el 9 de Enero, San Adriano (las cabañuelas marítimas de los Canarios),  de estudiar lo que ocurre del 13 de diciembre al 6 de enero, “Las Cabañuelas de Santa Lucía”, igual que las “tradicionales” de agosto; de ida y vuelta, con paradiña y variación); de escudriñar el 21 de cada mes de cambio de estación (donde cada minuto equivale a 3 días, entre las 23’45 y las 00’15 h), de inquirir -instante a instante- lo que pasa el 21 de noviembre,Las cabañuelas de los Vientos de San Martín”, que predicen el frío del año venidero; y, también, de fisgar bien, entre las 11 y las 13 horas (UTC), lo que ocurra el 28 de Octubre, “Las Cabañuelas de San Simón”, porque predicen el régimen de lluvias del año siguiente.

Mi cuñado Paco, en Albacete, a un paso de la Maestranza de Aviación, dice que Enero será “frío y lluvioso” (amaneció muy nuboso, mucho y persistente rocío, y calor sofocante). Febrero, Marzo y Abril serán “muy buenos” (cielo limpio al amanecer, sin rocío, calor todo el día y ausencia de vientos). Mayo será “variable” (amaneció limpio, sin rocío, pero se cubrió; nublado y bochorno presidieron el día, despejando con noche en calma). Junio será “muy bueno” (limpio y con aire fresco). Julio será “caluroso” (cielos limpios, sin rocío, calor y tarde calma). Agosto será “muy caluroso” (día similar al anterior con noche tropical). Septiembre será “variable” (nublado al amanecer, fresco, tórrido a mediodía y noche agradable). Octubre será “muy variable, tirando a fresco” (similar al anterior, con un aire abrasador por la tarde). Noviembre será “muy bueno” (cielos limpios al amanecer, fresco que se torno bochorno a mediodía, tarde calma y noche agradable). Diciembre será “muy frío” (despejado, sin rocío, frío que da paso a nubes de tormenta que se mantienen hasta media tarde; calma y calor). Paco, dixit… y en casa a don Francisco se le tiene mucho respeto; el que imponen el uniforme y su carisma de pater familias.

Yo me he traído sus “cabañuelas” a Benidorm (y unos higos y una botella de “Licor de la Vida”) y las he pegado -las “cabañuelas”, que de los higos y del licor ya he dado cuentas- con una chincheta en la pared, junto al veteranísimo fraile de la vara (originariamente, un higrómetro de cabello) que preside un rincón aireado del despacho (por pura decoración). Veremos si se cumplen… en la Mancha manchega, claro.

¡Cielos!, con estas previsiones y el fraile me estoy configurando una estación meteorológica decimonónica. A partir del 1º de enero de 2012, sabiendo ya que lo de los mayas es que se quedaron sin piedra donde escribir, miraré siempre la capucha de fraile (no me vaya a mojar) y ojearé las “cabañuelas franciscanas” (de don Francisco, ¡faltaría más!).


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