18 nov 2011

DE UN BENIDORMER DE PRO. DE DON EMILIO ORTUÑO Y BERTE



Pedro, Don Pedro Zaragoza Orts, me regaló la transcripción de sendas conferencias pronunciadas por un ilustre benidormer, don Emilio Ortuño Berte (1862-1936), que fue ministro de Fomento (1920, gabinetes de Allendesalazar y Dato… que en aquellos días un gobierno duraba lo que un chupa-chups en la puerta de una escuela) durante el reinado de Alfonso XIII y Director General de Correos (1908-1912). En ellas justifica la necesidad de la modernización del servicio de Correos en España.

A él, a Emilio Ortuño y Berte, se debe la construcción del Palacio de Comunicaciones de Madrid (hoy Palacio de Cibeles, Ayuntamiento de Madrid) y la Caja Postal de Ahorros… y los buzones en las calles, y las oficinas ambulantes, y el giro postal, la reforma de la Escuela de Telégrafos y el Montepío General de Carteros… y varias cosas y reformas más. Se lo curró.

Fue Emilio Ortuño y Berte un activo miembro del Partido Conservador de Maura y participó activamente en la Asamblea Nacional cuando la Dictadura de Primo de Rivera.

Vivía, ya retirado de la actividad política y centrado en la docencia (era ingeniero de caminos y catedrático de Máquinas y Electrotecnia de la escuela madrileña), en su piso de la calle Velázquez de Madrid, cuando estalló la Guerra Civil. En el Registro Civil del distrito madrileño de Buenavista consta que Emilio Ortuño y Berte “desapareció” el 31 de Octubre de 1936. El 27 de noviembre de 1940 el diario ABC publicó su esquela.

Este Emilio Ortuño y Berte fue hijo de otro Tomás Ortuño, y Orts, también benidormer de pro, que llegó a Cónsul General de España en Hamburgo, Liverpool, Orán y otras ciudades más. En Orán nació nuestro Emilio Ortuño y Berte. Llegó su padre a Director General de Consulados del Ministerio de Estado y redactó la obra “Derecho Consular de España”, todo un clásico.

Aunque Emilio Ortuño y Berte fue diputado por Ávila, por su ascendencia benidormera y por su matrimonio con una benidormera, estuvo siempre ligado a Benidorm. Y a él se le debe tanto la mejora de la carretera de Pego como las obras del Canal de l’Algar y las del Puerto. Es más, colocó a medio pueblo como subalternos en el Servicio de Correos por toda España. Benidorm le dedicó una calle; en Madrid tiene otra.

Hace cien años, el 12 de abril de 1911, en su conferencia, muestra una España más que tercermundista. Pide separar Obras Públicas de Correos y Telégrafos y, por supuesto, modernizar el servicio. Es genial cuando denuncia que los 10.000 peones camineros pasan de informar cuando los cables del tendido telegráfico, al lado de las carreteras y caminos principales, está rotos y con ello evitan que se repara; es precioso el párrafo que dice “… las Naciones que tienen la suerte de tener la Caja de Ahorros Postal, sus moradores, desde cualquier pueblo o caserío, pueden confiar al Estado, por la estafeta más próxima o en metálico para que el Estado, por la estafeta más próxima o por intermedio del cartero rural, sus más modestas economías en sellos o en metálico para que el Estado las conserve y fomente.”.

Reclama infinidad de cosas en aquella conferencia: desde que los trenes correo vayan a más velocidad hasta la creación de Casas de Correos en todos los municipios y muchas cosas más. Me entero de que en España existían (1911) 9.266 ayuntamientos porque denuncia que sólo 1.130 tienen estafeta de Correos, 7.296 tienen servicios de cartería y 840 ¡¡no tenían ningún tipo de servicio de Correos y Telégrafos!!

Descubro en su conferencia cosas que me dejan de piedra. Sus Señorías tenían entonces gratuito el servicio. Ortuño Berte pide que se aplique la reforma de Inglaterra dónde los diputados podían remitir hasta 450 cartas al mes (gratis), mientras un diputado español, al no tener límites, había llegado a enviar 11.000 cartas en un mes. Como no pagan, llama a esto “contrabando de correspondencia” y lo recrimina. Exige ingresos por el servicio postal, a fin de mejorarlo.

Termina su conferencia denunciado que Alemania ese año había presupuestado 739 millones de marcos al Ministerio de Guerra y 666 millones al de Correos y Telégrafos, mientras España a ambas cuestiones: un 15 y un 95% menos, respectivamente.



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