12 dic 2011

DE UN BUEN AMIGO: JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ RIZO EN LOS “CAFÉS DEL MELIÁ”



De vez en cuando nos damos una satisfacción en la tertulia de los viernes, en “Los Cafés del Meliá”. Y después de una temporadita de festivales nos hemos dado un homenaje: José Luis Fernández Rizo, un amigo de Benidorm.

Foto Mario Ayús
Y allí estuvo, con su compadre: Luis Escobedo Gascón, tertuliano de pro.

Fernández Rizo es historia viva de la televisión en España. Pocos conocen como él los entresijos del mundo del audiovisual. Es un enamorado de la comunicación.

Para saber de él basta con ir a la página de académicos de la Academia de la Televisión  y asombrarse de su currículum. Para conocerlo bien hay que vivirlo de cerca: irradia un algo especial que contagia. Fue alumno de la primera Escuela de Radio y TV que montó el Ministerio de Información y Turismo… y ya comenzó asegurando el sonido de Pedrito Corchea, nos dijo, en los viejos estudios del Paseo de la Habana. En TV se los conoce a todos, desde aquél Ramón Solanes, primer jefe de programas de TVE, a los grandes de hoy. En la conversación brotaron nombres míticos de la TV en España: Artur Kaps, Valerio Lazarov y otros muchísimos más.

Abrió el fuego señalando que “la televisión se olvidó del sonido”, su gran campo de acción, y nos planteó, de entrada y con rasgos academicistas, la diferencia entre sonido (un servicio en la escena) y audio (contenido), al tiempo que insistía en que “necesitamos prestar mucha más atención a la escena y a la comunicación”. José Luis es un enamorado de la operación, esa labor de cámaras y técnicos de sonido que nos transmite de verdad mensajes y contenidos. Abogó por la documentación -“sin documentación no somos nadie”- y nos descubrió cosas como el lipsing, el mover los labios cuando está la canción enlatada y que extrañamente, dijo, todos llaman playback.

Foto Mario Ayús
Aseguró que aún queda mucho por hacer en TV. Ni siquiera está desarrollada toda la TDT: “tiene capacidad de enviar servicios adicionales que no están ni explotados”, y ya se habla de buscar nuevos campos. Diseccionó como experto cirujano el corpus actual de la tele y nos contó algunas sensacionales anécdotas, al tiempo que desmenuzaba varios de sus sensacionales inventos que son habituales en todas las televisiones de medio mundo. Porque desde que comenzó en el 61 en plan colaborador de TVE como personal del Ministerio de Información y Turismo no ha parado de crear nuevas cosas y asegurar los medios que garanticen las mejores retransmisiones.

Foto Mario Ayús
Recordó algunas de sus muchísimas anécdotas y vivencias de todos estos años de profesión y recordó a los grandes que ya se han ido.

En especial, rememoró las vivencias profesionales en TVE (en plantilla 1963-1989) centrándose en los años en que se hicieron los más sensacionales programas que acapararon galardones internacionales en los que él, “el niño”, fue pieza clave: Historias para no dormir, Estudio 1, La Clave, Gente joven, Directísimo, Estudio Abierto, Señoras y Señores, 1-2-3 responda otra vez, La Unión hace la Fuerza, Cesta y Puntos, Todo es posible en Domingo… -¡coño, se los ha hecho todos!- y los programas internacionales, y los festivales (Eurovisión, OTI, Benidorm…) y las olimpiadas (México’68 y Sapporo’72). Por cierto, con ellas consiguió el reconocimiento internacional que le llevó a los EEUU. Y los artistas y los músicos: Julio Iglesias, Joan Manuel Serrat, Eddy Guerin, JJ Cale… y muchos más. Incluso rememoró los inicios de la televisión privada en España, en especial los primeros pasos de Antena 3 (1989), a la que estuvo vinculada hasta 2004, y, también, sus actuales proyectos desde Eurocom Broadcast, donde es director de tecnología.

El Festival de Benidorm debe mucho a José Luís Fernández Rizo y a su denodado y desinteresado esfuerzo. Él llegó aquí con el festival y le tiene mucho cariño a Benidorm. Incluso nos contó los proyectos que para Benidorm plasmó y que duermen el sueño de los in-justos. Este pueblo es así.

Un contertulio se maravilló de su currículo y le expuso la ausencia de premios y galardones en el mismo. Modestia joseluisiana. Los tiene a capazos en su casa de Algete: desde la Gran Cruz de Cisneros al Premio Talento (1ª edición de los premios de la Academia de las Artes de TV, 2001), pasando por Antenas de Oro, insignias y medallas. Pero el que más ilusión le hace y lo tiene en sitio preferente es que recibió en Benidorm tras aquél primer festival por TVE: una placa con la inscripción “A José Luis Fernández Rizo por su honradez profesional”. Eso le cautivó. Y es que hace justicia.

Y profesional mejor no ha conocido la televisión; comprometido con los contenidos y valedor del audio más que del sonido en la extraña ecuación de la televisión. Y por encima de todo, amigo de sus amigos.

Un abrazo José Luis, y gracias por haber venido a iluminar esta tertulia de los viernes: Los Cafés del Meliá.



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