12 ene 2012

TOLEDO, CRUCE DE DESTINOS... PARA ECHARSE A LLORAR



Bochornoso espectáculo el de la serie esta última, histórico-histriónica dijeron, de Antena 3 TV esa de “Toledo, cruce de destinos”. Sigue los pasos de la infumable de “Viriato”.  El reportaje “especial” tras la emisión del primer capítulo fue, sencillamente, demencial: para echarse a llorar.

Toledo, cruce de destinos” es como una sucesión de viñetas donde los gestos son los protagonistas. Huye de la realidad histórica, como del Diablo, y no es más que un sucedáneo de pastiches del tipo “Física y Química” y similares, para quinceañeros… con la pátina del tiempo y a mejor honra de algunos de sus supuestos actores. Vamos, que si esperábamos que la gente joven, que pudiera estar estudiando -o interesada por- la Edad Media aprendiera algo… vamos dados por el c…

Le ganaron por la mano a Telecinco… ¡Enhorabuena! Échenle el cierre y saldremos ganando.

El primer sacrificado del proyecto es el rigor histórico; la serie se anuncia como “histórica”… La primera, en la frente.

El primogénito de verdad de la buena era Fernando (Fernando de la Cerda – 1255-1275 – llamado “de la Cerda” porque cuentan que nació con un pelo duro, una cerda, en el pecho o en la espalda, que no se ponen de acuerdo). El segundogénito era Sancho (Sancho “El Bravo para la Historia – 1258-1295). En la serie es al revés: un voluble Sancho, que en nada se parece al real, es el mayor; y un primoroso Fernando es el menor.

Alfonso X, al que llamaremos “Fonsi” para estar a la altura de la serie, tuvo 16 hijos… de los 11 lo fueron con su esposa Violante de Aragón, hija de Jaime I, el rey “Conqueridor”. Una de sus hijas, Beatriz (hermana de los dos pelagatos que aparecen en la serie), fue señora de Elche (que nos cae por aquí cerca, en la provincia de Alicante). Sancho IV sí, de verdad, se rebeló contra su padre (1282, siendo coronado rey en 1284, en Toledo) y le arrebató casi todo el poder a “Fonsi”, pero no el título de Rey… hasta su muerte.

El auténtico Alfonso X es el del Tratado de Almizrra (Campo de Mirra, 26.03.1244) por el que las tierras al sur de la línea Biar-Bussot-Villajoyosa se reservaban para Castilla. El Tratado se lo fueron pasando por el forro hasta 1304 (Torrellas) y 1305 (Elche) donde ya quedó definitiva la frontera.

Volviendo al engendro: el vestuario, por mucho que lo vendan, no pasa de ser sólo eso: vestuario. La recreación también se las trae: eso de la vida en torno de una mesa, ya en el XIII, es de juzgado de guardia. Hasta casi el XVI la mesa, en la península (y bastantes otros sitios del Mundo) no es más que una tabla que se apoya en patas y caballetes… a la hora de comer. De ahí viene lo de “poner la mesa”… porque de normal, la tabla estaba detrás de la puerta y los caballetes plegados en cualquier lugar. Mesa había, pequeñas, para tener trastos y cosas.

Ya el colmo, por no entrar en más, es el incómodo espadón que me lleva el “calvo de la Lotería venido a menos”. Me carga un ¡¡mandoble de mano y media al cinto!! por todas las escenas. ¿Dónde han visto eso? Puede que en batalla y colgando del caballo, pero… pie a tierra, ¿quién carga con tamaño hierro con la poca estatura que tiene el Martín este?

Y hablando de caballos: esta vez, y no como en “Viriato”, los caballos sí pueden lucir bridas, sillas y estribos; estamos en el XIII… aunque me dejen al caballo en la rúe del Percebe a la hora de entrar en el caserón toledano.

En fin, sólo gestos y viñetas para unir y componer un metraje; tramas que se olvidan y primeros planos que engañan. Un capricho de nenas.

El martes que viene… ¡no me esperes “Fonsi”! Prefiero tener la vieja imagen del rey Sabio y no una parodia del tres al cuarto que falsea la poca Historia que aún se puede contar. Nuestros destinos. Toledo moovie, no se volverán a cruzar.



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