25 feb 2012

A PROPÓSITO DE CALENTÓLOGOS Y ENFRIÓLOGOS



La Agencia rusa RIA-Novosti ha publicado esta semana un artículo en el que se pregunta si vivímos un “¿Retorno al s. XVIII?”. El titular llama la atención. El trabajo versa sobre las premisas de un viejo conocido de este blog, Jabibullo Abdusamátov, un físico-matemático de primera magnitud, metido ahora a climatólogo, y que trabaja en el Observatorio Astronómico dePúlkovo (San Petersburgo), de la Academia Rusa de las Ciencias. La institución para la que trabaja se ubica en un edificio que figura en el inventario de Patrimonio de la Humanidad por ser emblemático en la vieja ciudad de los Zares. Abdusamátov se ocupa allí de los Programas Educativos de Ciencia, y a usa como altavoz de sus teorías tan magna institución. Tal vez por ello le han hecho caso pese a tratarse de una teoría enfrióloga tan políticamente incorrecta por estar en el ámbito de los calentólogos.

Ha vaticinado Abdusomátov que 2055 será un año hiper-mega-gélido, y vamos camino de de ello. Dice que: “… la actividad del Sol se está reduciendo en el marco de un nuevo período de doscientos años. Por consiguiente, la Tierra recibirá menos energía, y entregará más al cosmos. Por ahora la atmósfera recibe el calor acumulado por los océanos. Pero ya a partir de 2014 -afirma el científico-, la humanidad sentirá un descenso de la temperatura, cuyo máximo se registrará en 2055”. Lo gordo es eso de que “… a partir de 2014  la humanidad sentirá un descenso de la temperatura, cuyo máximo se registrará en 2055 “.



El vicedirector del Observatorio salió a las pocas horas a echar balones fuera: “… Quiero subrayar que esta teoría no es una postura oficial, ni mucho menos, del Observatorio de Púlkovo o de la Comisión del Centro Científico de San Petersburgo, encargada de investigar el cambio del clima.“. Lo que sí ha recalcado Yuri Nagovitsyn, que así se llama el vicedirector, es que lo de predecir lo qué va a pasar con el clima terráqueo “es una de las tareas más complicadas de la ciencia”, y que aún no se puede aventurar nada -ni a favor ni en contra- de la teoría frigorífica de Abdusomátov.

Se basa ésta en una evidencia que ya se ha comentado en muchos foros científicos y es de sobra conocida: los ciclos solares se han alterado; ¿se han alterado? Y aquí, RIA-Novosti me mete en el texto a un tal Yuri Shmakin como experto en climatología del Instituto de Geografía de la Academia de Ciencias de Rusia (IGRAS), que justificaba la cosa tal que así: “…  No podemos prever el comportamiento del Sol. He aquí un caso interesante: a lo largo de muchos siglos se conocía el ciclo de once años de actividad solar. Pues bien, este ciclo transcurría y en 2007 se detuvo. O sea que en ese año se registró el mínimo de actividad solar. Después de esto dicha actividad debía empezar a aumentar en el nuevo ciclo de once años, pero este ciclo no llegó. Por qué – nadie lo sabe”.

Pues parece que este Abdusamátov dice que sí lo sabe y que vamos de cabeza a la tiritera.

Pero en el IGRAS sólo me aparece el profesor Andrei Shmakin y no el tovarich Yuri éste. La página del IGRAS está bien, pero en ruso; y le cuesta traducirse al español, pero es de esas de echarle horas.

En fin, que recomienda Abdusomátov a sus conciudadanos hacer acopio de leña (con tiempo, eh) y señala que lo que se nos avecina será el quinto período glacial más frío en los últimos nueve siglos, pero que será el menor de todos ello. Ah, bueno.

La situación a mediados del siglo XXI -insiste el científico- se asemejará bastante a lo ocurrido cuando el llamado mínimo de Maunder, que se prolongó desde 1645 a 1715.

Pues ya sabemos de qué va la cosa. A ver, la teoría siguiente.




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