10 jun 2012

DE MONGE, DE MIGUEL ALBERTO MARTÍNEZ MONGE



Una importante falta de respeto, la mía; lo confieso. Las circunstancias me vencieron, pero fui yo el que falto a la cita con el decano de la prensa local: Miguel Alberto Martínez Monge.

Tengo lo de la máxima y la mínima que parece un tiovivo; y el viernes a mediodía se desmadró la cosa. Total, que no pude dejarme caer por “Los cafés de Melià”. Y eso que era uno de esos días que sientes la obligación personal y moral de ir, de estar con el amigo, de demostrarle el afecto y el respeto que merece, de rendir homenaje a los muchos años de profesión. Miguel es otro de los muy pocos personajes de Benidorm que si no existieran… Benidorm no hubiera sido lo mismo.

Lo conocí en septiembre u octubre de 1987, en la Restaurante Manila (Playa de Levante). Era la clausura de un congreso internacional de periodistas y ahí estaba él: alto, delgado, smoking blanco, luenga barba canosa… partiendo el bacalao junto a un ruso de FIJET -no menos impactante, porque parecía un oso-, y un personaje como García Brera. Y partir de entonces comenzamos a tratarnos y entablar amistad. Luego han sido muchos años en la batalla de los Medios y la AAPET, la FEPET, la FIJET… algún susto nos ha dado haciendo el cabra por una dehesa de toros bravos con reportera dicharachera de Canal 9, o me lo han pinchao en un atraco su pueblo después de haber vivido situaciones límite en algún rincón del Mundo. Así es Miguel.

Puede que con Miguel no se esté siempre de acuerdo, pero, a su modo, sienta cátedra. Su opinión conviene no dejarla caer en saco roto. Es Medalla de Plata al Mérito Turístico, con tratamiento de Ilmo. Sr… y tiene como media docena más de grandes galardones… y hasta el Nacional “Aurora Mateos” de Periodismo turístico. Ha sido vicepresidente de la FIJET (Federación Internacional de Periodistas y Escritores de Turismo; la mundial del ramo). Y, sobre todo, es un tipo llano y sincero que, pese a todo, calla más que cuenta… hasta que lo hacen explotar.

Ha sido 30 años funcionario del Ayuntamiento de Benidorm; director de la Biblioteca Municipal “Gregorio Marañón”, Jefe del Negociado de Turismo y director de los Departamentos de Relaciones Públicas y Prensa. Al frente de Relaciones Públicas le sustituí yo en enero de 1992… me dejó el despacho con mejores vistas del viejo consistorio; era el suyo, faltaría más.

He sido adicto a sus “Lancetas”, que hacían siempre la sangre justa. Sigo su opinión en “Información”  (antes más que ahora) y acepto siempre sus directas e indirectas… aunque últimamente me está fallando: el otro día le pregunto por unos apartamentos del año 64 y no me concreta el sitio. ¿Tú crees?

Pero en cervezas, es un crack. No sé si llegó su estirpe con los alemanes que se trajo el Emperador Carlos, o le viene la casta de su apellido trapense: “Monge”. Lo que unido a sus luengas barbas canas le confería un atractivo de eremita; pero eremita pendenciero que moraba en Benidorm. En cervezas, como en arte y muchas cosas más, no hay quien le gane…

Mago del ilusionismo, que hasta hace bien poco practicaba con sus nietos, hace ahora virguerías para no estar todos los años seis o siete meses viajando, para después contarlo, con acierto y tino. Ahora se le ve más por aquí; más sosegado. ¿Qué andará maquinando?

Ser testigo directo del Benidorm de los últimos sesesnta años como corresponsal del NODO, de TVE, de los principales periódicos y recistas de la época, incluso editor de algún medio turístico, confiere una pátina especial… Y aunque la cosa le llegó de rebote, ha demostrado madera; noble madera y duradera a pesar de una treintena larga de anginas de pecho, infarto de campañillas y operación a corazón abierto en la que le pusieron un marcapasos como el motor de un SSN de la clase “Virginia”.

 Miguel: sentí de veras no poder tomarme ese café del viernes contigo. Menos mal que vendrán muchos más…  muchas más cervezas. La Sacristán Amber-Ale la pongo yo.

Gracias, maestro; llevas soberbiamente nuestra Decanutura; con dignidad… cervecera, diría yo

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