22 dic 2012

DE BENIDORM, UN MODELO DE DESARROLLO URBANO (XIV)




BENIDORM, CON EL PLAN DEL 56 A CUESTAS

En su proyección visionaria, aquél Plan de 1956 ya contemplaba que la carretera Nacional 332 dejase de pasar por el centro de la localidad (hoy Paseo de la Carretera, en el casco tradicional), y desarrollaba la primera circunvalación por lo que hoy son las avenidas del Rey Jaime I y de Alfonso Puchades Jou. Pero lo más significativo es que ya restringía la circulación de vehículos a motor en el casco tradicional. Vamos, que peatonalizaba todo el centro desde el Paseo de la Carretera al Mirador del Castillo, aunque esta cuestión tardó muchos años en hacerse realidad.

En la parte negativa podemos significar que:

·         El PGOU de 1956 no contempló ninguna zona verde, como tal, en la ciudad;
·         El PGOU de 1956 no reservó suelo para equipamientos sociales;
·         El PGOU de 1956 no contempló mecanismos de gestión tal y como los contemplamos ahora; eso sí, se adelantó a la Ley del Suelo de 1956 que arbitraba la “cesión” de los viales.
·         El PGOU de 1956 no protegió lo suficiente el casco antiguo en cuanto a la preservación de su estética hasta la cuestión que no se le cita como tal, sino como casco tradicional.

Benidorm, 1958 - A Poniente de Punta Canfali
El propio arquitecto redactor, Francisco Muñoz, respondía a la falta de reserva de suelo para equipamientos sociales señalando en un libro que: “por aquél entonces Benidorm no tenía recursos económicos como para irrumpir además con espacios para ello. Esto hubiera creado más crispación, y se pensó que con el tiempo, y con el crecimiento económico esperado, se habilitarían recursos para estas dotaciones[1].

Como ya señalamos, el PGOU de 1956 recibió más de 400 alegaciones. Algunas de ellas fueron de profundo calado, como las presentadas por el letrado valenciano Pedro Miguel Ballester, aunque muy pocas prosperaron. “Había lo que había; y sobre todo mucha prisa”, justificaba don Pedro[2].

Y en realidad, aquél PGOU de 1956 reproducía lo ya existente: chalés y pequeños hotelitos en primera línea de la Playa de Levante. Pero la novedad residía en que trabaja el Ensanche de Levante en “cuadrícula” y aplica el concepto de “zonificación” (tipos de construcción en función del área del Plan atendiendo a ordenanzas diferentes) al tiempo que abandera un hito de los urbanistas previos a la IIGM como es la edificación abierta, aunque en un principio (1956) con una altura máxima de cuatro plantas[3].

Para el PGOU de 1956 todo el suelo que entra en liza urbanística tiene actividad residencial y, aunque mínima,  contemplaba una zona deportiva y una de Tolerancia Industrial, sobre el Rincón de Loix que quedó inmediatamente eliminada, dado paso así a un largo e inmediato proceso de modificaciones.


Primeras modificaciones: En marzo de 1957 se introdujo ya la primera intervención modificadora que se había estado planificando desde los primeros días de junio de 1956 y, recordemos, el PGOU se aprobó el 18 de julio y que se correspondía con cálculos y planos. Incluso en noviembre de 1957 se lleva a cabo otra modificación; en este caso de Ordenanzas.

En 1957 comenzaron a redactarse los primeros Planes Parciales, fijándose las alineaciones y rasantes del Ensanche de Levante, al tiempo que se dictaron las normas tendentes a preservar la Zona Exterior y los viejos azagadores como áreas susceptibles de ser urbanizadas.

Hay que destacar que Benidorm fue en el proceso de planificación y urbanización nuevamente pionera al ejecutar la cesión de viales un poco antes de ser recogido este aspecto en la Legislación urbanística. Al mismo tiempo, por la imperiosa necesidad del momento, se pusieron en marcha sistemas autogestionados de urbanización para suplir las carencias municipales, por lo que muchas iniciativas resultaron fallidas.

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Benidorm, Plaça de la Senyoría, años 60
El hallazgo de Muñoz Llorens fue voltear la ciudad contemporánea de Le Corbusier dando a los rascacielos, originariamente previstos como oficinas, un uso residencial que aumenta meteóricamente la densidad de población[4].

Y es algo que ya había experimentado el arquitecto Minoru Yamasaki en el Pruitt-Igoe de San Luis (Missouri-USA) en 1952. Y a diferencia del conjunto de Yamasaki, demolido en 1972, el Benidorm de Muñoz Llorens, pese a sacrificar los espacios dotacionales en beneficio de piscinas, retranqueos y hoteles, ha sobrevivido como símbolo del fenómeno turístico de masas. Resulta innegable que la propuesta de Muñoz, del Ayuntamiento de Benidorm y de la Asociación Gabriel Miró de Amigos de Benidorm marcó, de forma indeleble, un registro arquitectónico de corte funcionalista cuya vigencia se ha mantenido y sigue desarrollándose. La apuesta de Benidorm por un urbanismo de altas densidades y amplios viales contrasta con el desarrollo que han mantenido otros puntos del litoral mediterráneo.

Es más, Benidorm aún hoy dispone del término municipal más pequeño de la comarca y el que más espacio sin edificar aún mantiene a pesar de estar todo él contemplado en el PGOU de 1956.

Benidorm, con el PGOU de 1956 planificó un crecimiento ordenado y dictó unas ordenanzas ejemplares que defendieron su concepción urbanística y sus playas como ningún otro punto del litoral español.

El plan salió adelante porque se pudo convencer a los propietarios de los terrenos del aumento de valor de las nuevas parcelas al tiempo que el Ayuntamiento hizo prevalecer el cumplimiento del plan con mínimas transgresiones a lo planificado.

Concluyo este punto con una referencia a lo anecdótico. La Comisión Provincial de Urbanismo rechazó el primer borrador del PGOU de 1956 a iniciativa de los alcaldes de las ciudades de Alicante y Elche; protestaban por la anchura de los viales. Es que “se habían proyectado calles más anchas que algunas de las principales de Madrid y Alicante cuando en el Registro Municipal de Vehículos del año 1955 sólo había inscritos siete vehículos entre camiones y turismos[5]. Así, la Comisión, que presidía el gobernador Evaristo Martín Freire, insto al alcalde y al equipo redactor a adelgazar muchos de los viales, entre ellos, el más sonado, la Avenida del Mediterráneo.

Es más, la Comisión se opuso a que el Plan abarcara todo el término municipal. Esta traba se solventó a través de una serie continuada de Planes Parciales, recogidas en aquél Plan General, que se fueron conectando entre sí.




[1] Francisco Muñoz Llorens. Anotaciones y Recuerdos
[2] De mis conversaciones con don Pedro Zaragoza
[3] De mis conversaciones con don Pedro Zaragoza
[4] www.via-arquitectura.net/02­_prem/02p-120.htm
[5] De mis conversaciones con don Pedro Zaragoza

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