3 ago 2013

DANDO LAS GRACIAS A BENIARDÁ POR EL AGUA… AHORA QUE ELLOS ESTÁN EN FIESTAS


Beniardá (38º 41’ 46” N – 0º 12’ 16” W) es un poblet de poco más de 200 habitantes (248 en 2012, dice el INE) que está por encima del embalse de Guadalest y que celebra sus fiestas patronales en el primer fin de semana de agosto. Beniardá está a 8 km de Guadalest y a 35 km de Benidorm. Ha salido en prensa que se ha firmado el tradicional convenio por el que Benidorm (38º 32’ 3” N – 0º 7’ 53” W) aporta, en esta ocasión, 8.000 € para sus fiestas y más de uno/una me ha salido por peteneras en el poble. ¡¡Demencial!!

Y eso sólo obedece a la estulticia supina de no tener, entre las muchísimas y absurdas asignaturas de los planes de estudio que padecen nuestros jóvenes de ahora antes de llegar a la Universidad, una asignatura propia que les enseñara a estos benidormeros/as aspectos básicos sobre la ciudad en que viven, una ciudad que se ha hecho a sí misma gracias al esfuerzo de sus ciudadanos: los aborígenes fills del poble y otros forasters que nos han precedido, incluso los que llegamos en los ochenta.

Es lamentable que mucha de esa gente que se presume de vecino/a de Benidorm no sepa de la misa la media; ni lo de las sequías. Hombre, no digo yo que no tenga ni repajolera idea de lo que traerse un iceberg a la bahía (que a más de uno le molaría la historieta y que aún me faltan detalles para referirla con propiedad), pero lo del esfuerzo por asegurarnos el abastecimiento, el poder driblar a la indigencia hídrica que nos marca, debería ser de obligado conocimiento.

Hombre, Francisco Amillo ha contado muy bien lo del Reg Major y la sèquia mare… y lo del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa. Benidorm es una de las pocas ciudades con 2 -¡¡dos!!- Cartas de Poblament. Hasta que en el XVII no se aseguró un mínimo de agua, aquí no hubo futuro posible.

Y cuando en los años sesenta esto empieza repuntar (lo de la Almadraba se nos acaba en los cincuenta y la Trasatlántica iba siendo historia, como lo fueran los guardacostas y las acciones al corso) volcados en el Turismo, llegan las sequías. La primera importante fue la de 1964; estábamos tan en mantillas turísticas que se notó lo justo. La de 1969 ya fue otra cosa. Se decidieron, en el curso de la misma, las primeras actuaciones serias: bombear los sobrantes del “río” Algar hasta el Embalse de Guadalest… cuyas obras no estarán terminadas hasta 1977.

Y en el 77 estábamos en el tercer año de un aparatosa situación seca que se había iniciado en 1975… En 1978, ya, ni gota, ni gota. Los tres veranos que van del 75 al 77 se pasaron con enormes dificultades, pero para el verano de 1978 sólo nos quedaban las rogativas “ad petendam pluviam” y las cubillas del Ejército del Aire repartiendo agua por las calles del casco tradicional y los aljibes de la Armada enchufando su carga en la conducción que entierra la arena de la Playa de Levante frente al Manila. Más de uno en el hotel de turno hizo café echándole el agua de la piscina a la máquina… y no se fue el turismo (de vareta). Hombre aquí entraría la historieta de la EDAR, de la cota 75, y de las contribuciones especiales que pagaron religiosamente todos los de aquí, porque de la Administración… ni gota, ni gota. Como en tantas otras cosas de Benidorm.

En 1978, el Servicio Geológico del entonces MOPU autoriza a la CHX los sondeos en Beniardá y se consigue -a base de mucha profundidad, buenas bombas, alguna acidificación importante y muchísima electricidad (que es una pasta gansa)- el agua para el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa; que es como decir, es la realidad, el agua para Benidorm.

Desde 1979, por “h” o “b” no hemos tenido problemas (serios problemas). Ahora el cordón umbilical Taibilla-Amadorio es un seguro de vida, pero desde 1979 somos lo que somos por Beniardá y una excelente gestión que iniciara José Ramón García Antón, el ingeniero, y han seguido Paco de Santiago y otros.

Vamos, que colaborar con Beniardá es un deber moral que dejaremos en herencia a los nietos de nuestros nietos. Aquella agua de 1979 era para su agricultura y la cedieron. Ese y todos los demás años… a cambio de la que suelta la EDAR.

La Unidad Hidrogeológica Sierra Aitana (08.45) tiene 47 acuíferos y 195 puntos de agua, de los que 96 son manantiales, con más de 60 vivos. El resto, sondeos; y uno de ellos es el de Beniardá.



El Campo de Sondeos de Beniardá consta de 9 pozos, aunque sólo 3 son operativos. El acuífero de Beniardá, en un afloramiento del Turioniense calizo, ocupa gran parte de la mitad oriental de la unidad hidrogeológica en dos áreas litológicas: una de calizas micríticas del Cretácico superior (Barranco de Xirles) y otra de gravas, arenas y limo del Pliocuaternario, como el mismísimo río Guadalest aguas abajo del Embalse. La sierra de Polop y los relieves montanos de El Florent, Peña Martí y El Casals, en el Norte, y el Ponoig (1.182 m) en el Sur son puntos vitales. Casi en el centro del acuífero (de 105,5 km2) se encuentra el Embalse de Guadalest. El acuífero de Beniardá es un acuífero confinado y muy profundo en gran parte de su extensión.



En el sector centro oriental destacan hasta tres sinclinales estrechos de gran envergadura, de norte a sur, Barranco de Tagarina, Barranco de l'Arc y Alto de la Capitanía que son las responsables de acumular en esta zona las mayores reservas hídricas subterráneas de la unidad hidrogeológica.

El funcionamiento del acuífero es relativamente complejo por su carácter predominantemente confinado -y su profundidad- en el que la recarga se produce únicamente por infiltración de la lluvia sobre los afloramientos permeables de las sierras citadas. El acuífero tiene salidas naturales que se producen a través de varios manantiales localizados en los cascos urbanos de La Nucía y Polop, así como por la pedanía de Xirles. Los más relevantes, históricamente, son La Salud, El Garrofer, Cotelles, Xirles y el de Rovira.

El conocer nuestra historia, historieta -por corta- si se quiere, nos evitaría quedar como lerdos/as cuando desde la necedad aireamos nuestra ignorancia.




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