26 oct 2013

DE LO DEL CAMBIO DE HORA


En nada (aún es 26.10.2013) se acaba el “Horario de Verano” y comienza el “Horario de Invierno” (el 27.10.2013). El “Horario de Invierno” es ese “nuevo” horario en que cuando son las 3 AM del último sábado de Octubre nos situamos en las 2 AM, y a seguir funcionando. El “Horario de Verano” hizo (y hace) lo contrario (adelantar una hora) el último sábado de marzo (año tras año). Esto, se cuenta por activa y por pasiva, es para ahorrar. En realidad, no hay “Horario de Invierno”; lo que hay es “Horario de Verano” durante 154 días al año… y luego se vuelve a la, digamos, “normalidad”.

Hay una Directiva europea y un pertinente Decreto de Presidencia de Gobierno que autoriza y oficializa esto del cambio horario, y el Real Instituto y Observatorio de la Armada, con sede en San Fernando (Cádiz), que es el guardián de la hora en España, coloca el tiempo oficial del país, y cada uno hace lo propio en su casa. Por cierto, me he enterado, consultado supágina, que mi PC lleva 6’2 segundos de retraso con la hora oficial.

Yo, la verdad, no tengo muy claro que se ahorre nada, pero un estudio de RSV para la UE dice, con cifras, que sí. Yo sigo aún con el estudio del profesor Rafael Carrasco (U. Alicante) que se resume con un “lo que ahorras en iluminación viaria casi, casi, lo gastas en aumentos de consumos industriales y domésticos”. Vamos, que ahorras un 25% y aumentas un 24’5%. El saldo es de 0’5% favorable.

Pero bueno, el caso es que se hace y ya lo tenemos más que asumido.

La idea original de esto de cambiar de hora es cosas de Benjamín Franklin, el inventor del pararrayos, las lentes bifocales, los compartimentos estancos para los barcos, el cuenta kilómetros, las aletas de nadar, la estufa de hierro, el primer cuerpo de bomberos, la primera compañía de seguros contra incendios… y ¡¡hasta la Corriente del Golfo!! Bueno, esa estaba; y él la evidenció. Es que a lo largo de su vida, y en el XVIII, cruzó 8 veces el Atlántico (EE.UU.-Europa) y mucho tiempo libre en el barco le dio para ello.

Franklin tuvo tu etapa política; fue uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos. Marchó a Francia (1776-1785) como uno de los tres comisionados norteamericanos para marcar las relaciones comerciales, siendo Ministro plenipotenciario de los Estados Unidos en Francia desde 1779 a 1785 en que volvió a Pensilvania.

Casi a punto de volverse a los Estados Unidos (1784) vivió el París un episodio de controversia que le animó a publicar en Le Journal de París la célebre carta en la que proponía esto del cambio horario. A París la llaman “la Ciudad de la Luz” porque ante la dejadez de las autoridades para alumbrar las calles los parisinos colocaban lámparas en el alféizar de las ventanas… y la cosa tenía su efecto. Cierta iluminación de velas y lámparas de sebo en las ventanas que alcanzaba la calle; pero ventanas cerradas que hacían que los parisinos no madrugaran nada porque no les entraba el sol por las mañanas. Franklin criticó en su carta aquello de no madrugar y por ello planteo un impuesto a las contraventanas, racionar sebos y velas para iluminación e incluso la obligación de tañer campañas y disparos de artillería para levantar a la población a su hora. Franklin propuso un horario tempranero para aumentar la productividad para la primavera y el verano. Para Franklin había un principio[1]: “Ir temprano a la cama y levantarse temprano hacen al hombre saludable, rico y sabio”.

Lo de Franklin en París (Essay on Daylight Saving/Ensayo sobre el ahorro por la luz diurna) fue una sátira, pero al cruzar el Canal de la Mancha se convirtió en “An Economical Project” para disminuir el coste del alumbrado y la gente empezó a cavilar lo acertado de la propuesta de Franklin, pero cavilaron poco porque eso de hora más o menos oficial, pues… no existía.

El auge del ferrocarril, el que cruzara fronteras nacionales, hizo replantearse lo de la uniformidad de horarios y cuando estos se establecieron el magnate inglés William Willet se acordó de la idea de Franklin y entre 1905 y 1907 perfiló su propuesta, que lanzó en 1907… y no fue tenida en cuenta hasta medida la IGM. Los primeros en aplicarla fueron los alemanes (1916) por la zona por ellos ocupada. Los demás contendientes les siguieron; estaba mal matarse a distinta hora.

Los EEUU no tuvieron en cuenta la medida hasta abril de 1918.

Gran amigo de Franklin y colega de embajada fue Pedro Pablo Abarca de Bolea, Xº Conde de Aranda, quien conoció la idea del propio Franklin pero la vio muy complicada de aplicar en España… y así estivimos… hasta el 3 de abril de 1918 en que un Real Decreto anunciaba que desde el 15 de abril al 30 de octubre la medida se aplicaría en España “como medio para conseguir un ahorro en el consumo de carbón”. En 1919 y en 1924, también se hizo. Y también tanto en 1936 como en 1939 (en plena guerra y con distinta aplicación por bando). El 7 de marzo de 1940 se publicó en el BOE una Orden Ministerial que anunció el aumento del horario en 1 hora “hasta nueva orden”… y la nueva orden no llegó hasta 1974… y el resto de la historia ya la conocen.

Podemos complicar esto recordando que la hora con respecto al Meridiano de Greenwich está en España alterada, además, en 15 minutos. Esto es cosa del año 1900, durante la Regencia de Doña María Cristina, de un Decreto del 26 de julio de ese año que cambió el uso horario al Meridiano que pasa por Madrid y que está a 15’ del de Altea (que es el 0 de Greenwich)… En 1901 volvimos a Greenwich pero no corregimos los 15’…pero esa es otra historieta.






[1] Early to bed and early to rise / Makes a man healthy, wealthy, and wise

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