28 oct 2013

DE UNA DE TRASÑOCHADOS Y OTRA DE ESPÍAS


Regreso de la tertulia radiofónica de los lunes un poco apesadumbrado, incluso taciturno. Hay mucha gente aún anclada en los años 30… del siglo XX. Barrena (Sortu) diciendo que “el modelo de vencedores y vencidos es el mismo que aplicaron en la Guerra de 1936 y en la postguerra” y me saca a pasear el “estandarte del franquismo”. Pero es que Mas (CiU), por mucho President que me sea, sigue empecinado como cuando entonces. Menos mal que ningún tertuliano me ha sacado a relucir el Pacto de San Sebastián (1930) o el Estatut de Nuria (1931).

Me pesa sobremanera esa mirada atrás hacia un momento idealizado… sólo por ellos.
Vale que pueda haber quien quiera ver similitudes entre el momento de crisis actual (creo que ya le hemos visto el suelo) y el crack de 1929 (la bolsa fue cayendo hasta mediados de 1932), pero yo no le veo ninguna. A saber (y según lo veo yo) lo del 29 afecto principalmente a Alemania y a Austria que habían puesto sus dineros en los EEUU, y ello originó la quiebra de sus bancos. A Gran Bretaña le afectó también porque su capital estaba en los bancos alemanes. A Francia le dañó bastante menos, porque dependía de ella misma (buenos eran entonces los gabachos con su Grandeur), y a la URSS… pues… no le afectó porque su sistema estatalista pasaba (mal, pero pasaba) del capitalismo.

Las consecuencias generales: además de las devaluaciones de las monedas y los problemas económicos (que propiciaron las autarquías) tenemos las llegadas de los totalitarismos fascistas y comunistas. Es que los partidos fascistas -y sus réplicas comunistas y frentepopulistas- surgían como setas en sotobosque adecuado: Alemania, Austria, Suiza, Italia, Rumanía, Bulgaria, Grecia, Hungría, Croacia, Albania, Eslovaquia, Finlandia, Estonia, Lituania, Letonia, Polonia, Suecia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Noruega, Francia, Gran Bretaña, Irlanda, España, Portugal, Canadá, Estados Unidos, Japón, China, Brasil, Colombia, México… Todos tuvieron un partido fascista y su réplica comunista o de alianza frentepopulista. Y ¿dónde terminó -y cómo- todo aquello? Pues eso.

En los años 30, tanto en España como en Europa, había mucha desigualdad y más pobreza, tensiones sociales y, cómo no, ideologías extremas procurando auparse unas encima de las otras. Y aquí, en la vieja piel de toro, estábamos como estábamos y nos dio por las autonomías disgregadoras.

En fin, un repasito a la década aquella, que no es cometido de este post, creo que nos pondría los puntos sobre las íes y nos sacaría del momento estéril que vivimos.


Luego ha estado lo de las escuchas de los yanquis y la NSA. Me ha parecido vivir un déjà vu de principios de la década pasada. ¿Nadie se acuerda?; ¿Otra vez estamos con Echelon y el análisis de software Carnivore? Aquello fue 2001 y 2002.

Nos rasgamos, otra vez, la vestiduras con lo de los espías USA olvidando que ya no nos queda sayo, que lo rasgamos ya entonces. Si hasta el Parlamento Europeo condenó aquello y la señora Lasagabáster (EA) interpeló al Gobierno español. Ahora el PE se ha ido a Washington a pedirle al jefe de la NSA que se explique. ¡Pero qué melsa que tienen algunos!

Aquí cada uno espía lo que pude, cómo puede y con los medios que consigue. Nosotros (España) espiamos todo el Magreb por integrismo islámico y por cuestiones económicas; y si no lo hacemos es para liarse a gorrazos con el que manda; espiamos a ciudadanos “extraños” en suelo español, espiamos y espiamos. Y hemos recurrido más de una vez a Echelon (sobre todo en la lucha contra ETA en la época de Aznar) y hasta hemos intentado crear nuestro Echelon particular (con el rollo aquél del Sitel y alguna pifia más), pero no somos esa entente que integran Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda (de forma oficial, que hay más).

Frau Merkel, más feliz que en brazos,
hace unos días, con su nuevo móvil
encriptado por Secusmart GmhB
Aquí el problema está, no en que nos filtren las comunicaciones electrónicas de forma universal y manera nada aleatoria (que lo sabíamos), en que los de la NSA hayan sido capaces de burlar el encriptado de los teléfonos “presidenciales” y le hayan ganado la mano a más de uno/una. Por ejemplo, a los alemanes con el Nokia de frau Merkel (leo, traductor por medio, en el Frankfurter Allgemeine Zeitung: le habían pillado todo lo que habla por el teléfono que le dio el CDU [Unión Cristiano Demócrata], su partido, y no por el “ofisiá” de canciller de Alemania). Sí, los de la NSA le habían cogido el punto al encriptado del viejo teléfono merkeliano y hasta junio pasado se enteraban de todo. Ahora le han dado una Blackberry con un chip de seguridad desarrollado por Secusmart GmhB, de Düsseldof, y Die Handy-Kanzlerin (la canciller móvil, por su afición a cascar por teléfono) ya está más segura y sigue pegada al chisme.

Y la NSA seguirá espiando como lo hace el CNI para España o el BND (o el BfV o el MAD) para Alemania. Esto es así, aunque cada diez años nos tengamos que rasgar las vestiduras al saber que nos han estado espiando (¿?).

Más me preocupa a mí que unos, que van de políticos salvapatrias, anden aún por los años 30, del siglo XX, que yo llame al Lucca (bar Lucca-no, que los de la franquicia Lucca se mosquean) y le pida una pizza… y los de la antena de Morwenstow (UK, la más cercana) sepan que es de anchoas y alcaparras. ¿A quién se lo irán a contar?




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