8 feb 2014

DE LO QUE PUEDE HACER UNA CANCIÓN; DE PACO BARCO


La dinámica tertuliana de “Los Cafés del Meliá” no para, aunque uno se haya tenido que bajar del carrusel de las tertulias durante unas cuantas. Lamento no haberles hablado de Esteban Soler López y las muchas cosas que atesora en conocimientos de agricultura, del níspero y de la Cooperativa de Callosa d’Ensarriá, como de las aventuras ciclistas y vivencias de Mikel Figuren y el equipo Euskastel, o de la trayectoria musical de la Rafael Doménech Pardo, “el mestre”, y la Unión Musical de Benidorm. Compromisos de fuerza mayor me apartaron del café vespertino de los viernes.

Francisco Barco
Foto: M. Ayús
Pero a Paco Barco no podía faltarle. La 155ª tertulia de “Los Cafés del Meliá” era con Francisco Barco González y ahí tenía que estar. Llegué tarde, pero estuve.  Comparto con él mesa, con micrófonos, cada miércoles en una tertulia matinal radiofónica y aunque diametralmente opuestos, con Paco se puede dialogar; no lo apeas del burro, como a mí, pero es fácil entenderse y llegar a la conversación inteligente.

Llegó Paco, como lo hizo antes su hermano, un buen día desde Santiago de la Ribera, Murcia; del Mar Menor al emporio del Sol en el Mare Nostrum, a Benidorm. Pasó por Valencia, donde una canción, cuando estudiaba en Los Escolapios, le motivó y le llevó a esto, nos confesó. “Al vent”, de Raimon, casi, casi, tiene “la culpa” de todo.

Bueno, el caso es que con 8 años comenzó a venir a Benidorm donde su hermano, de 14, ya trabajaba como pinche de cocina. Pero lo laboral le llevó hasta Murcia donde en 1965 está de interino en el Ayuntamiento murciano. Buscando las papeletas del “No” al Referéndum Nacional del 66 (14.12.66) vio que aquello no era lo suyo y se centró en la hostelería… tras pasar por una fábrica de preservativos.

Llegó a Fuengirola (Hotel Mare Nostrum, 1967) y recaló en Benidorm (Hotel Tanit, 1969) donde ya ha hecho toda su vida profesional ligado a los hoteles de la familia Ruiz de Apodaca que tenían sus contactos con el Partido Comunista. Y Paco militó en el PCPE y se afilió a CC.OO.… y nos contó lo de aquellas primeras reuniones clandestinas. Monge recordó que todo aquél movimiento se inició en la HOAC (Hermandades Obreras de Acción Católica) y salieron los nombres de quienes impulsaron aquellos movimientos durante los 70.
Como los hoteles en Benidorm aún invernaban por aquél entonces (hasta los ochenta no se venció la estacionalidad) en 1976 invernó él en Madrid, Restaurante La Spinetta… y vivió su primera huelga con intensidad.

Volvió a Benidorm y con la actividad sindical por norte estuvo en los primeros convenios de hostelería (1978) que eran provinciales. Cuenta que estar UGT muy unida al PSOE, y ellos muy cercanos al PCE, era muy difícil congeniar; tanto que a la huelga de hostelería del 82 fueron por libre.

Lamenta (y no perdona) Paco a delación de un veterano periodista local que conocía donde se reunían clandestinamente (lo que le llevó por primera vez a Comisaría) y recuerda (hoy con una sonrisa) cuando en la tarde del 23F escondieron todas las fichas de militantes comunistas y sindicalistas.

En CC.OO. ha estado en la Federación Estatal de Hostelería, y recordó emocionado a Marcelino Camacho, del que destacó su honestidad y sensatez, y señaló que había sido Secretario de Formación de Hostelería de CCOO-PV… y que lo que ha salido de los cursos de formación en otras comunidades hace mucho daño y es muy lamentable. Ha estado en los consejos del CDT y del programa de Vacaciones del IMSERSO y se ha volcado por Benidorm: fue uno de los fundadores del movimiento de las AMPAs locales (1993) y hasta entró en política activa cuando por Eu fue concejal del Ayuntamiento de Benidorm (1995/1999) donde “defendí desde la soledad una política diferenciada del PSOE”. Ni él ni Jacinto Gallego conseguían meter baza en aquél ayuntamiento.

Está contra la maquinaria de partido y a favor de un acuerdo, en Benidorm, con Compromís; lamentó que en 2003 no se apoyara esa comunión. Ahora, anuncia, que Eu concurrirá sola en 2015 y 2016 y aseguró que Benidorm “es una plaza muy dura y sorprendente”… vaticinando que el PP volverá a gobernar Benidorm con el apoyo de UPyD, “porque el PSOE no lo puede hacer peor”. Ahí, en estos futuribles no me atrevo a penetrar yo, aún.

Le preocupa Benidorm; “un Benidorm que no puede ir creciendo a golpe de ideas”, y reclamó un “Plan General consensuado que lo defina todo”. Y ese todo es para él “crecer respetando el Medio Ambiente, evitar más Planes Parciales, revitalizar el mestizaje entre residentes y visitantes, mantener la vida y la actividad comercial en las calles y olvidarnos de los macroproyectos”. No olvidó su vena sindical y pidió “cambiar la cultura empresarial y las leyes laborales”, al tiempo que, apocalíptico, sentenció que el Benidorm del mañana “va a tener que contar mucho con el Sr. Ortiz, nos guste o no”.

Paco Barco, finalmente, lamentó las cifras del paro, criticó las faltas de contratación, denunció la presión laboral sobre los trabajadores y, con autocrítica, confesó que las camareras de piso, en los hoteles, nunca había sido un tema en el que volcar el peso de la negociación en los convenios. Con humildad entonó un “mea culpa” que no fue nunca, en exclusiva, cosa suya.

Ahora, que he puesto a sonar a Raimon y escucho “Al vent”... y no llego a entender como “buscando la paz, buscando a Dios” este Paco llegó dónde llegó… a no ser que todo aquello viniera de que “Y todos estábamos llenos de noche…”, que puede ser, pero que “…nosotros, al viento”.




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