18 jun 2014

DEL BARRIO CERO DE BENIDORM (II)


Sigo con lo que yo llamo Barrio Cero de Benidorm porque no sé cómo llamarlo; que si Casco Antiguo, que si Casco Viejo, que si Casco Tradicional. Ni en eso nos ponemos de acuerdo.

Pocas referencias a cómo debió ser el primitivo Benidorm hasta el siglo XV; incluso después.



Y así, siguiendo a Bárbara Alemany (El Castell de Benidorm, 2005) -y yéndonos al año 1525- en una inspección ocular del notario Lluís Palau y del mestre obrer de obres de pedra Pere Alvarado -a instancias del Batlle general del Reino de Valencia, Lluís Carròs de Vilaragut-, resulta que el Benidorm de entonces, sobre el Canfali, “tenía dos puertas de entrada (una con puente levadizo de madera), una torre (que no castillo), una iglesia, 50 casas de moros (¡¿?!), un aljibe y un horno”. Tenía muralla (de 14 palmos de grueso) de Poniente a Mediodía y de Mediodía a Levante. Las murallas de aquél recinto, maltrecho por las razzias piráticas, fueron reconstruidas entre abril de 1535 y agosto de 1543 bajo la dirección del mestre Martín Donapetro con mano de obra de La Vila. En las playas, se cuenta, “había chozos de pescadores y albergues de almadraberos”. Al interior se ubicaba la alquería de Lliriets.

Benidorm, 1561; dibujo de Antonelli
De 1561 es el dibujo de Giovanni Battista Antonelli que muestra cómo sería el Benidorm del XVI. Sólo dibuja 4 edificaciones, que son sólo 3 para el profesor Quereda Sala: “la casa de don Luis Fajardo, la iglesia y un mesón de pescadores”. Los dos baluartes que se abren al Norte, a ambos extremos, son la propuesta defensiva de Antonelli. El resto está sobre el Canfali.

En la referencia del Patriarca de Valencia, el Beato San Juan de Ribera (1574), se vislumbra que nadie vive permanentemente en el Canfali; y por ello se dice que “aquél lugar merecía ser habitado” y se detalla que en el castillo de Benidorm “sólo le habitan los pescadores cuando llega el tiempo de pesca…”. Un año después (1575), el Príncipe de Sabionetta, Vespasiano Gonzaga Colonna, “desestima la recuperación del torreón defensivo” existente, al que muchos llaman castillo, y apunta a que “las casas están derruidas y sólo existe la casa del señor del lugar y un mesón de pescadores”.

En 1600 Gaspar Juan Escolano, Cronista del Reyno y Predicador de la Ciudad de Valencia, atribuye a Benidorm “60 casas de cristianos viejos” (menos de 300 personas) y cita Quereda Sala una referencia de 1619 (tras la expulsión de los morisco, 1609) de “17 familias” (menos de cien personas).

El siglo XVII se abre con la reseña de Vicente Castañeda y Alcover quien para sus Relaciones Geográficas atribute a Benidorm “un centenar de casas” (unas 500 personas). No debió ser así porque cuando Beatriu Fajardo pone en marcha el Reg Major de l’Alfàs (1666) aquí hay viviendo 20 familias (poco más de un centenar de personas). Pero para añadir confusión resulta que cuando fray Mauro Pérez Beamont inicia el Archivo Parroquial de Benidorm (1696) hay varios autores que le endosan al lugar una cifra importante de población: 2.400 habitantes. (¿?) Y no lo sé, pero el caso es que la Guerra de Sucesión (1701-1714) fue ajena a esta población y si hubiera tenido ese número de habitantes la guerra hubiera pasado por aquí; no les quepa la más mínima duda.

Lo que sí que sabemos es que en el XVIII la villa salta sus murallas y se extiende por el llano, surge así la calle Alameda. En 1730 Quereda le asigna a Benidorm una población de 400 vecinosdedicados a la pesca, al comercio por mar, al corso y a la agricultura” (almendra, algarroba y pasas).

Entre 1761 y 1780 se acometió la construcción de la Iglesia, aunque Martínez Morellá pone el inicio de las obras en 1740. En 1740 lo que sí comenzó (y se terminó) es la edificación una ermita en honor a San Antonio Abad, costeada por Tomás Sanz, procurador de la baronesa, en una zona del extrarradio (a unos 7 kilómetros del Benidorm de entonces) donde existían varias casas de labranza y residían algunas familias. La primitiva iglesia medieval de Benidorm, de maltrecha vida, estaba en lo que hoy es la Plaza de la Señoría (antes, Plaçeta de l’Esglèsia Vella).

El Censo de Aranda (1767) le otorga a Benidorm 1.595 habitantes.

Benidorm, 1782; del plano del fondeadero.
J Camacho y M Salom
De 1782 es el Plano del Fondeadero de Benidorm (realizado por el piloto naval Joaquín Camacho; levantado por Manuel Salom) que muestra la estructura urbana mínima que parte del torreón de Punta Canfali. No se aprecian ya las murallas. 

Una de las causas de que Benidorm salta las murallas y se expande por el norte-noroeste es el accidente que sufre la casa de Jaime Llorca (1783) al ser socavada la roca del cantil del Mal Pas por la acción del mar. Todo lo que estuviera cerca del Mal Pas terminaba siendo engullido por el embate del mar.

Y es el botánico Cavanilles (1792) el primero en decirnos cómo es aquél Benidorm: “las calles son en cuesta y las casas acomodadas”. Apunta a que la población “pasa de 600 familias” (cerca de 3.000 habitantes) y apostilla: “pocos pueblos habrá en España que en tan corto periodo de tiempo hayan hecho tantos progresos de vecindario y agricultura”. Ah, también señala que el principal problema es el agua. Documentos coetáneos citados por Quereda Sala en su monográfico de 1978 -y que localizó en el Archivo Parroquial de Polop- señalan que “el vecindario se agrupa en forma de dos semicírculos. Hay Casa del Municipio, cárcel, matadero, otras dependencias, Iglesia pequeña y gran Plaza de Armas con aljibe y polvorín”. Orts i Verdin, en sus Apuntes Históricos de Benidorm, cita que por aquél entonces “el cementerio ocupaba bóvedas subterráneas de la Iglesia”.

En cuanto al castillo de Benidorm, que de torreón fortificado no pasaría (más que nada por imposibilidad material de espacio en el Canfali y porque en más de un documento se cita sólo “la torre de la cárcel”), voló por los aires el 26 de abril de 1814 en un bombardeo naval que sufrió la villa (ocupada por los franceses del Regimiento 117) por parte de la escuadra británica: “se vinieron abajo -cuentan Quereda y otros- las puertas de la nueva iglesia”. Igualmente fueron bombardeadas las Torres de Escaletes y Aguiló. En 1830 se rehabilitó “el castillo” para albergar una sección de Carabineros para perseguir el contrabando… y en los años cincuenta estaba así (fotografía que dispongo por cortesía de Mario Ayús).



Si desea saberlo todo sobre el Castillo de Benidorm nada mejor que consultar el blog del maestro Francisco Amillo, HISTOBENIDORM





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