17 oct 2014

DE ESTAR ANTE EL CUENTO DE LA LECHERA EMBARCADA


¡Vaya semanita con el “Amadea”!

Mi buen amigo Luis Escobedo, que en gloria estará -¡seguro!-, siempre, cuando quería averiguar algo, no dudaba en ir al sitio y preguntar: “Aquí, ¿quién es el que más manda?” o “aquí, ¿quién es el que más sabe de esto?”. Y entonces trataba las cosas con él; Luis no perdía el tiempo.

El MS "Amadea" en la madrugada del lunes
(Foto: HotelesBenidorm.com)
Pues bien, cuando supe la cosa de la llegada a Benidorm (a la bahía de Benidorm) del primer crucero de pasajeros -turistas- que recalaba en escala y los cruceristas descenderían a tierra, busqué en el bagaje de utilidades que me dejó Luis al partir y encontré la llave mágica que casi todo lo abre: “aquí, ¿quién es el que más sabe de esto?”… y en seguida me llegaron las respuestas. El que más sabe de Turismo de Cruceros es este, y este otro; y los dos están a mano.

Cojonudo; los dos a mano. No había que irse muy lejos. En Alicante están los dos. Me dirigí al Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas y el profesor Fernando Vera me dirigió a lo más completo hasta el momento: la tesis doctoral de Gaetano Cherchiello. La parte práctica la encontré en la Autoridad Portuaria de Alicante de la mano de uno de sus técnicos, Luis López. La estadística, en Puertos del Estado… porque cuentan y recuentan los pasajeros que llegan y el impacto que generan.

Si es que tampoco había que irse tan lejos. Con esa base documental y los aportes de Cruises News se puede desarrollar ya el tema. Aquí, en Benidorm, no se ha contactado con ninguno de ellos. Aquí reclamo unas jornadas técnicas sobre el tema, bien a través del INVAT.TUR (que para algo está aquí en Benidorm) o bien a través de la FTB, la Fundación Turismo Benidorm. Incluso por la Cátedra “Pedro Zaragoza Orts” (Universidad de Alicante-Ayto. de Bdenidorm) o del Foro Internacional de Turismo.

Una cosa sí me ha quedado clara. Desde que el mundo es mundo el éxito con las embarcaciones (mercancías y/o pasajeros) ha venido siempre precedido de la capacidad de acercar la nao a un muelle. Alicante le ganó de siempre la partida a Valencia porque Alicante tuvo un muelle de piedra que facilitaba la cosa. Valencia se cargó el Consulado del Mar de Alicante allá por el Medievo y sólo ellos capitanearon la cuestión del mar aunque su débil pantalán de atraque fuera una y otra vez destruido por el mar. Hasta los romanos tuvieron en Valencia muelle de piedra, en el río, para desembarcar. Sea lo que sea, “lo que mola” es bajarse del barco tocando suelo.

Benidorm, desde el MS "Amadea"
[foto: MB Noticias]
No obstante, como indudable atractivo -tipo “desembarco de Normandía”- no está mal que los cruceristas ensayen el abandono precipitado del barco y puedan bajar a tierra. Indudablemente somos un atractivo turístico, pero yo más que en escala de cruceros veo el tema en proyección de la main excursión  hasta Benidorm… aunque no nos caracterizamos por nada más -y nada menos- que por ser un emporio turístico de Sol y Playa. Es que nuestros museos no es que vivan su mejor momento y sólo vendemos playas y ratitos de felicidad. Lo ideal sería hacer coincidir las escalas en Alicante con nuestros eventos gastronómicos o cosas por el estilo.

En fin, que hemos palmado medio millón de las antiguas pesetas, los cartelones del Wilkomen (es que eran alemanes los que venían) siguen en el puerto y estamos en boca de muchos y posiblemente en los catálogos de algunos.

Para el semanario local “Benidorm directo” he enviado esta mañana mis 22 líneas semanales (no quieren más). Las escribí en la tarde del mismo lunes -las repasé el martes, cuando colgaba el anterior post- en que el MS “Amadea” vino y se fue. Es el cuento de la lechera embarcada; suena tal y como lo contó Esopo en torno al siglo VI aC.; luego es algo antiguo. Pero lo van actualizando: el Infante don Juan Manuel, en el siglo XIV, lo llevó al momento vivido con el mismísimo conde Lucanor y Felix María de Samaniego, el XVIII le dio carta de naturaleza fabulada. Esta, la mía, es la versión del siglo XXI y la lechera viaja en crucero, en un viaje turístico de placer: como Benidorm es muy atractivo, vendrán muchos cruceros…¡cuidadín con tropezar!

Aquí se lo dejo:

Este es el cuento, señores, de la lechera embarcada. Por mí, ¡Vive Dios!, que triunfemos. A veces los cuentos se hacen realidad; miren, si no, Pretty woman. Vale que sólo es el inicio de una aventura -y los inicios aventureros son duros y complicados- y no pretendo ser agorero, pero tengo los oídos en carne viva de tanto supuesto económico. Sobre todo porque quien sabe de verdad de todo esto me rebaja tantísimo las expectativas que no sé yo de qué fuente de datos se está bebiendo. En Alicante: se-sen-ta euros/pasajero (60’00 €); sólo hay que consultar los informes colgados en las web de puertos del Estado y Alicante.
Luego está la temporalidad: Primavera y Otoño. Y después, el tipo de turista y el tipo de barco. Y el puerto de escala: lo que ofrece en sí mismo y las posibilidades en derredor.
Después de estudiar esto de los Cruceros me acojo a la opción de “media jornada”: 5 o 6 horas. Que son horas para patear la ciudad y tomar un “algo” o comprarse un recuerdo. Ahora sé que el tiempo de escala en un puerto viene definido por la main excursión. Así, en de 5-6 horas podemos cubrir el hinterland de Benidorm: La Vila-Guadalest-Calpe-Altea.
Yo me daría con un canto en los dientes con que tuviéramos un par de escalas anuales. Hay escalas raras: el día 3 de noviembre llega al puerto de Alicante un crucero que sólo estará 1 hora en puerto: de 8 a 9 de la mañana. La clave está en el tipo de pasajero que llega y el impacto visual que se quiera crear; porque el impacto económico depende del potencial del pasajero… porque a bordo va todo incluido y muchas veces el crucerista exige el regreso al barco (home, sweet home) para la hora de comer. Aquí, en esto de los cruceros aún queda mucha tela, pero que mucha, por cortar. A lo mejor la Cátedra “Pedro Zaragoza Orts” y el Foro Internacional del Turismo, dos buenas herramientas al abasto de Benidorm, podrían ponerse a trabajar para estudiar de verdad qué de bueno tiene esto.
No sé cómo acabará este cuento de la lechera embarcada; si se le cae el cántaro… se hundirá en el mar. Y en el fondo del mar sólo están las llaves, Matarile. Y al que iba a buscarlas, le ponían multa… por eso siguen en el fondo del mar.



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