30 ene 2015

DE UN CAFÉ CON ÁNGELES RUÍZ. GASTRONOMÍA A FLOR DE PIEL


Pasó por Los cafés del Meliá una periodista fascinante, entregada a su trabajo de divulgación de sus investigaciones, que hace poco más de un mes contó con un Post -en este Blog- con motivo de la presentación de su último libro -sobre las almadrabas y sus gentes… de Benidorm; faltaría más-, cuya dedicatoria me emocionó sobremanera: “En memoria de los marinos de Benidorm que al zarpar metían su corazón en salazón para soportar la ausencia”. Pura sensibilidad. Es tan bueno y tan auténtico que odio que no se me ocurriera a mí. Con eso lo digo todo.

Bueno, pues el caso es que cuadramos agendas y al final se pasó a tomar café con nosotros, los tertulianos del Meliá de Benidorm, la periodista Ángeles Ruiz García.

Ángeles es una gaditana -ya lo conté en su día- a la que Carles Llorca Baus ganó para La Terreta y trasplantó a un rincón vilero entre las playas del Bol Nou y El Paradís. Se vino Ángeles con su máquina de escribir -eléctrica- y una maleta. Con Carles hizo 5 libros. Y cuando Carles faltó, se nos quedó por aquí: “y eso que nacer en Cádiz y un sábado de Carnaval tira mucho”. Desde entonces, como antes, no ha parado. Ahora, “porque el trabajo es un refugio para evitar la melancolía”. Y nos confesó, además: “escribo para disfrutar del lenguaje y compensar la timidez”.

Sí, a pesar de los galones que ya acumula, Ángeles Ruiz se confiesa tímida; pero no para.

Yo, confieso, siempre preferiré la “Historia marinera de Benidorm” -que hicieron al alimón y con la que tanto, y tanto, aprendí-, pero la lista de Ángeles tiene enjundia: “Vademecum de cocina de la Marina Baixa”, “… de la Marina Alta”, “Ir de tapas por Valencia”, “Guía de la Comunidad Valenciana”, “Gastroguía”, “Sabores de la Costa Blanca”, “Bon profit. Viaje por la cocina alicantina”, “La vida secreta de las especias”… Muchos. Considero que es la periodista gastronómica más completa y prolífica de la Comunidad Valenciana. Incluso ha puesto texto a todos los tarritos de especias de la firma alicantina Carmencita. Y al llegar a aquí, Ángeles, destacó la labor de las empresas alicantinas -como Valor (La Vila) y Carmencita (Novelda)- que han sabido y logrado inculcar un profundo sentimiento de pertenencia a la empresa en todos y cada uno de sus trabajadores, “lo que demuestra la diferencia entre empresa y negocio”.

Sus últimas realizaciones las encuadra en la colección “Cuadernos de Bitácora de la Gastronomía” en la que ya han visto la luz “Sabor a mar. Pescados humildes del Mediterráneo” y “De atún, almadrabas y sus capitanes”, libro que le “permitió unir su tierra gaditana con Benidorm”. Es que, nos contó, aquella Villajoyosa a la que llegó a compartir vida e investigaciones con Carles Llorca era de una tranquilidad absoluta; y Benidorm era como la válvula de escape.

Y hablamos mucho de gastronomía; y ella -que sabe de lo que habla- nos confirmó que “el gastronómico no es el motivo fundamental de los viajes más que un reducidísimo número de experiencias. Pero la gastronomía sí es un complemento importante de los viajes”. Criticó, con acierto -considero yo-, “la excesiva cantidad de eventos gastronómicos” que se suceden en nuestro entorno “porque no conectan con los turistas” como, hasta la saciedad, viene recordando Roc Gregori y otros compañeros plumillas más. “Lo más interesante -dijo- son las actividades generadoras de impacto”, y ahí fallamos “porque no encontramos nuestro hecho diferenciador y fallamos al exaltar nuestros valores”. Implicar al turismo en la gastronomía es el objetivo; y no se consigue. Las jornadas funcionan, dicen los restauradores; pero esos platos se caen de las cartas en cuanto finalizan, Sí, somos capaces de hacerlo; pero volvemos a lo de siempre: “No tenemos claros nuestros valores diferenciadores; identificar nuestros productos es clave”. Este es un campo a profundizar.

Ángeles nos contó que le gusta mucho escribir de la gastronomía, pero evita hacer crítica gastronómica: “antes de poner una palabra inadecuada en un sitio inoportuno, me callo”. Y, después, Ángeles nos contó “la experiencia brutal y tremendamente satisfactoria” que fue trabajar en Canal 9 TVV. Todo comenzó con el programa “Bon Profit” (Paco Nadal; 1997), y la singladura llegó hasta 2001. Orgullosa está de aquella etapa.

Y hablamos de proyectos. Y eso que no le gusta hablar de ellos hasta que están ya más que perfilados. No obstante nos contó que trabaja ya, en firme, sobre un libro centrado en el níspero y en Callosa d’Ensariá: “Los callosinos son un pozo de sabiduría en cosas del agua”, exclamó maravillada. También documenta ya un trabajo sobre la industria del turrón… y algunas cosas más.
Pero lo que más le apetece ahora es acometer una obra que bulle en su cabeza mucho tiempo ya. Irá sobre viudas y viudos. “Una mujer que con 36 años queda viuda, tiene vida”. Y sobre esa vida quiere escribir (y vencer su timidez). Es un tema que ahora mismo, cuando dice que ha “pasado el Ecuador de su vida”, le apetece sobremanera. Pero no encuentra el momento.

Seguro que pronto veremos ese trabajo hecho realidad, como el de los nísperos y el turrón… y más cosas con Quique Dacosta. Ella, Ángeles Ruíz García -la gaditana que se acostumbró a ver los amaneceres de La Vila- va a seguir con las cosas de La Terreta y su gastronomía para que, de una vez por todas, encontremos y explotemos nuestros valores diferenciadores. Porque los productos clave son los que ella, día a día, nos recuerda.



PD. Ella, Ángeles, reivindica siempre la figura vilera de Carles. Carles Llorca i Baus tiene una calle dedicada en La Vila. Pero no está rotulada. Es un trazado de nueva construcción. Ella no va pedirlo de motu propio. Por eso yo animo a la AAPET -la Asociación Alicantina de Periodistas y Escritores de Turismo-, de la que Carles Llorca fue miembro, a pedir formalmente al Ayuntamiento de Villajoyosa de que Carles Llorca sea más que un nombre en los callejeros; que tenga placa esa calle. Lo pedí esta tarde en la tertulia y lo dejo escrito en este Post. Queridos excompañeros de la AAPET: ¡mojaros en esto!





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