20 may 2015

DE CAMPAÑAS ELECTORALES


Hoy, en la columna de Directo Semanal, he estado cuestionador. La escribí en día 9; a mitad de ciclo.
Ya es que estoy mayor y no entiendo mucho ese gasto dinerario y esa paliza absurda que se de los políticos y gregarios en martillearnos con cosas que sabemos -que nos gusta o nos disgustan- y con todas aquellas que sabemos, a ciencia cierta, que son imposibles de cumplir.

Y como me encuentro entre los convencidos (¿abducidos?) no necesito este periodo, la llamada campaña electoral, y mucho menos esa jornada muerta de reflexión sobre algo que llevo meses reflexionando. No sé, es que entiendo que el voto no es cosa de un día para otro… y muchos menos fruto de esos/estos 15 días de campaña.

Yo propondría que 15 días antes de celebrar la llamada “Fiesta de la Democracia” un algo preguntara una cosa tal que así a la ciudadanía: ¿quién no lo tiene claro? Y entonces, todos los partidos a una: ¡a por esos! Y volcar la campaña sobre todos aquellos que no lo tiene claro. Veríamos como enseguida lo iban a tener claro, claro, clarineta… para perder de vista a la troupe electoral.


PARA LO QUE SIRVEN LAS CAMPAÑAS ELECTORALES

Cuando esto salga a la luz, a la campaña electoral para el 24M le quedarán cincuenta y pocas horas. Los candidatos se habrán dicho de casi todo -para bien y para mal-; habrán evidenciado su DAFO particular y usted mantendrá su decisión de votar tal y como la tenía en el mismísimo momento que arrancaba la campaña. No conozco a nadie que en estos 15 días haya variado un milímetro la posición de su voto electoral. Pero ¿quién soy yo?

Los sesudos especialistas en el tema me corrigen y me indican que a estas alturas del baile quedan 4 millones los españoles sin decidir el voto… Pues nada, no sean pesaditos con los demás y hagan la campaña contra estos. En cuanto se dedicaran a ello nuestros políticos verían que bien pronto tendríamos todos decidido el voto. Y más ahora que vivimos en un entorno social marcado por la movilidad, la inmediatez y la relatividad de los valores donde 34’5 millones bien sabemos a quién no queremos de alcalde en nuestro pueblo.

Una vez me dijeron que las campañas son útiles porque evidencian la fuerza de los que compiten el día de las elecciones: si estás, porque estás; si no estás, porque parece que no te importa la cosa; si expones tus vergüenzas, te calificas ante el resto; si vas de novato, te fríen; si vas de potente, te consideran un pretencioso. Pero es cosa de los consultores; la gente de a pie, aunque diga que esta vez no lo tiene claro… lo tiene seguro. Miren UK.

Los consultores sostienen, en contra de mi parecer, que las campañas electorales son importantes; algunos comen de ellas. Recuerdo un seminario electoral para periodistas en el que nos dijeron que las campañas se hacían para nosotros y… para un reducidísimo grupo de gente; aunque la sufríamos todos. A saber: las bases de los partidos no la precisan y votan fijo a los suyos; luego están los que jamás votarán a ese (o aquél otro) partido; y hemos de tener en cuenta a los abstencionistas  a piñón fijo (que los hay)… luego las campañas se hacen para convencer al resto. ¿Pero quién es el resto?; ¿se siente Ud. resto?

-:-


34’5 millones de españoles para votar en las municipales (algunos más en las autonómicas)… pues si resulta que 30’5, al menos, lo tenemos claro… ¿todo esto por 4 millones de dubitativos?

En fin, que con todas las TIC’s en marcha, al final recurrimos al cartelito, al mitin, al buzoneo y, en definitiva, al papel impreso. ¡Qué papelón!



No hay comentarios:

Publicar un comentario