21 sept 2015

DE UN CAFÉ CON HISTORIAS DE BENIDORM; DE PACO BOU


Esto, que… Pasó por Los cafés del Meliá Paco Bou Llambrich, benidormer. Con eso ya está dicho todo: benidormer.

Paco es un “recopilador de historias de Benidorm”. Por eso vino a la tertulia. Él investiga, busca y rebusca en red, historias y cosas de Benidorm. “No soy historiador, ni lo pretendo”. Así, contundente y marcando territorio, se presentó en el Meliá Benidorm.

Al menos cinco libros, cinco, de los que sólo uno ha visto la luz. Primero compiló el árbol genealógico de los Bou y los Llambrich y luego se dedicó -9 meses de investigación en el Archivo Parroquial- a la “Gent del Poble”, que ahora mismo amplía porque lo suyo es un ‘sin cesar’. Luego llegó, y público (a cargo de su bolsillo) “Benidorm, Historia, datos y anécdotas”, que lo suyo le ha costado vender los mil ejemplares que encargó. Es que, llegamos a la conclusión -con él en la tertulia- de que, “la gente de Benidorm no compra estas cosas”. Y hasta salió una voz planteando que el Ayuntamiento los editara (ja, ja, ja…) y estuvieran en las Oficinas de Turismo a la venta.

Y ahí Paco nos relató su odisea.

Se presentó un buen día con el libro para ver si al Ayuntamiento le interesaba publicarlo y… Sí que, resulta que, pudiera llegar a interesar; pero escrito en valencià normatiu (valenciano normativo). Y en eso, Paco no entra. Él habla (y escribe) en el valencià de siempre, en el valenciá de la gent, en el valencià del carrer: el que dice “fogueres de Sant Chuan” y llama “Elig” -que se pronuncia como Puig- a la que otros llaman “Elx”. Y por ahí no pasa. Así pues, ahí están -esperando a que El Corpus caiga en viernes- “Benidorm en la prensa antigua. 1800-1940” y “Pinet el bandolero”. Y me temo que ahí seguirán. ¿Puede interesar la vida del último bandolero de la Comarca? Pues sí; “Pinet” iba haciendo de las suyas con “el Bou”, que debía ser uno de sus antepasados, y Paco lo cuenta en su librito.

Nos contó que se metió en esto “cuando Galiana contó que Benidorm tenía una historia no escrita” y él se propuso, si no escribirla, sacarla a la luz. Y, doctores tiene la Iglesia.

Como divisa, presume Paco, mantiene el “evitar tergiversar y manipular la historia”. Y eso le retrata: dos libros aún sin publicar. Pero él se mantiene en toda su dignidad. Y casi eso mismo vino a pedir cuando sacamos a pasear la polémica sobre el escudo de Benidorm y la propuesta pseudo histórica de Compromís. Paco rebatió todas y cada una de las particularidades de los cuarteles del escudo propuesto y se mantuvo, como nosotros, en mantener el actual.

Nos contó cosas de Benidorm: que si en 1927 un tiburón de 15 metros destrozó la almadraba de La Vila y al final lo capturaron en la de Benidorm (¡Por Dios, Paco!, que no se entere de lo tiburón la prensa británica que se olvidan de la fecha y lo colocan en uno de sus panfletos en portada y nos joroban lo que queda de año). Aquí, contó, le hicieron “la autopsia” al selacho y le encontraron dentro “un perro de terranova, dos delfines y un fardo de ropa”.

Nos contó historias de los corsarios de Benidorm. Aquí aprovecho para reivindicar, al menos, un lugar preferente para los Corsarios de Benidorm. Una plaza; aunque yo preferiría una calle para cada uno de ellos. Ya lo conté: de corsarios de Benidorm hay 9 legajos completos, 18 expedientes extraordinarios y hasta 41 nombres en la Sección Corso y Presas del Archivo General de Marina. ¿Se imaginan?: Avenida del corsario Juan Bautista Pérez, “Batistilla, “Hijo del Trueno”. Un puntazo. Pues de “Batistilla” nos contó aventuras Paco Bou. Y de los Bayonas y su jebeque “Santa Faz”. Y así llegamos a otras historias con Bayonas: con Antonio Bayona Gallart. ¿Será ese el Abd-el-Kader argelino? Nos contó la aventura del Cabo 3 Forcas, la emboscada y las relaciones de este personaje con los Bayonas de por aquí.

 Con Paco Bou se puede hablar de todo; y de todo hablamos. Un buen rato nos dedicamos al topónimo “Benidorm”. Yo me quedo con la investigación de Mª José Rubiera y Mikel de Epalza, pero Paco mantiene vivas sus investigaciones en las costas catalanas (castrum benidormesis, 1041), en el Binidorm mallorquín, en los Beniderm marroquíes y en los granadinos de Beni dAurum, del río Darro… pero yo me voy a mi colega Yuqut al-Rumi (geógrafo de pro) que contó por entonces que al río Darro se le llamaba Alcolzon y que Harat Darro es una mala interpretación moderna. Pero ahí está Paco, Paco Bou, aflorando estas cosas y haciéndonos cavilar. ¿Y quién le quita la razón? Él despeja balones y alguno habrá que los sepa cabecear.

La cosa se fue calentando con Serra Gelada: “Serra Gelà”, sentenció Paco. “En valencià solo hay dos estados: calent y gelat”. Y a ver quién le rebate eso. La toponimia valenciana ocupó un buen rato de la tertulia. Como el Tí Chimo, su tatarabuelo; que él se niega a que le llame Ti Ximo, con equis. Y llegamos hasta al primer Bou que llegó a Benidorm, nacido en Beniardá, y que vino como médico titular allá por 1815. Y se casó con la sobrina del corsario “Batistilla”.

Paco está en Facebook y cada día nos sorprende con el fruto de sus averiguaciones; tiene un canal en You Tube con películas y recopilación de No&Do’s de Benidorm… Paco echa y echa horas detrás de la pantalla de su ordenador porque sabe que “Benidorm tiene una historia no escrita en libros…” y quiere sacarla a la luz.

Fue un café de los de hacer historia.




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Foto: Mario Ayús

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