25 oct 2017

DEL TURISMO SOCIAL; QUE SE INVENTÓ EN BENIDORM




Ayer me di de bruces con la clave de una de las facetas que trabajamos en el Equipo de Diagnóstico para BND WH: "cuando el turismo en nuestro país no era sino un negocio de capitalistas, Benidorm inventó un turismo social. Transformó en empresarios a todos sus vecinos e hizo de la empresa turística negocio popular y común". Pedro Zaragoza; marzo 1963… Y así lo colgué en FB.

Era un extracto de un artículo –“Los municipios y el Turismo”- que le publicaron a Pedro, don Pedro, Zaragoza en el Diario Informaciones, el vespertino madrileño, en marzo de 1963.

El Diario Informaciones tiene su aquel. Fundado en 1922 dio más tumbos ideológicos que vaivenes soportó la Historia de España. Durante la Dictadura de Primo de Rivera estuvo vinculado a banquero Juan March; durante la Segunda República Española estuvo subvencionado por el Tercer Reich, siguió una línea filonazi, con González Ruano, Marqueríe y otros. En 1936 fue incautado por la UGT y pasó a ser órgano de comunicación del PSOE. Con el franquismo lo dirigió Víctor de la Serna con marcado sesgo hacia el Eje hasta que en mayo del 45 miró hacia la embajada de los EE.UU. Los democristianos lo tutelaron avanzando los 60 y al final de la década pasó a manos de Emilio Botín que lo modernizó… y ahí comenzó Juan Luís Cebrián… y Martín Prieto… y María Antonia Iglesias… y Fernando Jáuregui… Total, que en los años previos a la muerte del general Franco incorporó, como en realidad había hecho desde siempre, un modelo de periodismo ágil y moderno, que le valió ser considerado el periódico precursor de la Transición. Cuando se fundó El País, lo mejor de la Redacción se pasó al nuevo diario y… en 1983 desapareció. Ni siquiera Emilio Romero lo pudo reflotar.

Vanos, que fuere como fuere la cosa política en España, publicar en Informaciones era un puntazo. Y ahí Pedro colocó varios artículos.

No tengo la fecha exacta, pero es de marzo de 1963 y Pedro, don Pedro, se muestra contundente: “Del Turismo en España puede decirse que en parte ha nacido por generación espontánea y en parte por acción municipal”. No señala al Estado.

Apunta a los orígenes: “En Torremolinos fue el fin de semana de los ingleses de Gibraltar…; En el resto de España, por acción municipal…”.

Expone las claves: “Primero la inquietud y luego la imaginación pusieron las primeras piedras… antes de que comenzara a configurarse… una política una política específica de fomento y desarrollo turístico…”. Primero fueron los Ayuntamientos que derrocharon inquietud e imaginación.

Fue complicado: “La labor no fue fácil porque hubo que crearlo todo a partir de cero. Los Ayuntamientos asumieron responsabilidades al embarcarse en una empresa cuya naturaleza prácticamente desconocían… arriesgaron mucho sin otra garantía que la de su feLuego vendría el éxito a confirmar que sus esfuerzos no habían sido estériles”.
Pedro, don Pedro, sigue en lo suyo. Resulta que entonces se debatía en Madrid hasta dónde llegarían las competencias del Ministerio de Información y Turismo en el proceso turístico español. Y el alcalde de Benidorm defiende la parcela del municipalismo: “Aquel turismo municipal, cuyos instrumentos no eran otros que las oficinas de los Ayuntamientos y los beneméritos CIT, produjo un tipo de turismo que luego ha sido sumamente beneficioso para el desarrollo económico del país”.

Pedro, don Pedro, lo califica de Turismo Social y explica que buscando su implantación “…los Ayuntamientos han podido llevar a cabo obras verdaderamente revolucionarias transformando pueblos muertos en centros de riqueza…· Llega a decir que el turismo ha cortado “históricas corrientes migratorias… modificando el signo de muchas comunidades locales”. Y ahí coloca la frase de inicio de este Post. Y sí, Turismo Social.

Pedro, don Pedro, es reivindicativo. Y en aquellos años, ser reivindicativo no era frecuente y sí un atisbo de ligera inconsciencia. Pero Pedro, don Pedro, era así y destaca en su artículo que “Esta acción debe, pues, ser asistida”. Diciendo que la acción municipal debe ser asistida pide Pedro, don Pedro, -sin decirlo- pesetas para seguir. Y pone como ejemplo a Benidorm; lo que se ha hecho y lo que se iba a hacer.

Y como sobre todos pendulaba la espada de las competencias del Ministerio de Información y Turismo sobre todo lo que tuviera que ver con el Turismo, Pedro, don Pedro, se despacha con un “creo que sería equivocado el mermar, limitar o intervenir esa fuente de imaginación y de iniciativas que constituye cada municipio”. Deja al Ministerio las labores de “vigilancia y ordenación” del sector; pero nada más; el resto, al Municipio.

Ni que decir tiene que no le hicieron mucho caso, pero ahí queda su tesón por defender el municipalismo y en reclamar “asistencia” (pesetas y duros) para que los ayuntamientos continuasen con su labor.

Vale, Benidorm disponía un Plan General de Ordenación que tenía -más o menos- claro por dónde debían ir las cosas, pero ¿y los demás? Si -aún- estando el Ministerio por medio se hicieron algunas/muchas barbaridades, ¿qué no hubiera pasado de no existir un órgano superior? Los reinos de taifas hubieran sido el Monopoly, sin reglas, de la época.

Esto… las cosas de Pedro, don Pedro, me llevan a los postulados de Graham Hutton. El veterano profesor británico sostenía por aquél entonces que el “Turismo es el vehículo del nuevo Humanismo” (Humanismo Siglo XX) y esto le llevaba a sostener que el Turismo era “una aventura perfeccionadora del conocimiento y una actividad creadora de la conciencia de planetariedad”. Sí, planetariedad; a principios de los 60 esto de la globalidad -la mundialización- no estaba de moda y Hutton se inventó el palabro ‘planetariedad’ como Pedro, don Pedro, el calificativo de Turismo Social para el momento en que las clases medias accedieron a él.




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