26 feb 2018

DE COMPROMISO CIUDADANO; DE JUAN A. LIZANCOS




Pasó a tomar café por el Meliá Benidorm un amigo que me trasladó por unos instantes al aula y a rememorar a personajes con David Harvey (el urbanista rojo), Griffith Taylor, William Bunge y… a toda la Escuela de Chicago.

Juan Antonio Lizancos venía a la tertulia “Los cafés del Meliá” como miembro del Movimiento Vecinal… y eso pesa. Por aquí ya han pasado otros que han dejado el pabellón a media asta; y alguno ya me soltó un ‘¿no será lo mismo?’. Y no fue.

Sus treinta y pico años en Benidorm, su trayectoria por arquitectura y urbanismo, su conocimiento de la materia y del movimiento, su saber hacer y sus dotes de comunicador levantaron la tarde. Si es que, al final, en las estrategias de desarrollo -y en aplicarlas a Benidorm- estamos de acuerdo.

Para comenzar, recuerdo emocionado a su madre, escaladora, y a su padre, que de ciencias exactas en La Sorbona llegó a planificar en la delineación del Plan Badajoz y terminó como arquitecto; a sus hermanos, a los Corazonistas de San Sebastián y a la Escuela de Arquitectura… a su militancia antifranquista, que le llevó a conocer a Billy ‘el Niño’ (González Pacheco), a su proximidad a la Izquierda… a Paca Sahuquillo y a Cristina Almeida…

Total: que no terminó Arquitectura, pero está aún en ello. Que si le pilló el cambio de plan y que si la libertad de cátedra y los programas que no casan de una Universidad a otra… Todo eso. Terminará y será “el arquitecto con más créditos y más asignaturas cursadas”. ¡Ánimo!

Llegó a Benidorm mediados los ochenta, días antes que yo, junto a un compañero de carrera, Luís Díaz, “que trabajaba con Camarasa”; vino a echarle una mano y… “comencé con las obras del Jai Alai y conocí a Joe Fernández Echeverría… Contigo no sigo” -que le dijo- y al poco consiguió seguir trabajando en el departamento técnico de una empresa de El Campello hasta que la crisis del 94 quebró su actividad como había pasado una década antes. Pero se recuperó de nuevo y un nuevo estudio de arquitectura cobijó sus anhelos entre 1999 y el 2006, donde una nueva crisis le cortó el paso. Y se rehízo.

No trabajo desde hace 4 años; puedo permitírmelo al ralentizar mis necesidades; es muy difícil ser comunista en un sistema capitalista, pero aquí sigo centrándome en la acción vecinal y en las cuestiones que domino”.
Paco Barco, Paco Amillo, Juan Fco Lizancos y Arturo Cabrillo. (Fotos: M. Ayús)


Él es la voz -mucho más que la voz- de Els Tolls y se lamenta de que “el movimiento vecinal sigue sin existir en Benidorm; hay asociaciones de vecinos e incluso un Consejo Vecinal, pero no hay Movimiento vecinal”, se lamentaba.

Volvimos hacia atrás: al teleclub de aquel barrio –“veía la tele desde la ventana; hasta que la bajaban”-, de los párrocos de izquierdas de aquellas barriadas de extrarradio. Reivindicó los barrios; “desde los barrios llegó la fuerza de la democracia catalizando el malestar y la necesidad”, dijo. No lo comparto totalmente; hubo más focos. Pero desde luego que desde los barrios se movieron y fueron revulsivo. Yo no estaba allí; él, sí.

Hablamos, como no, de la EDUSI (Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado). “Benidorm tiene virtudes, pero también tiene déficits y carencias”. Ante una iniciativa tan interesante considera que “es un tema de ciudad y Benidorm tenía que haberse volcado”. Veo que sus más de 30 años en Benidorm no le han hecho morder el polvo; tiene ilusiones. Yo también.

A su favor tiene que a él le llamaron para participar. Y se implicó. Y hay gente a la que ni llamaron ni se implica.

Los puntos flojos de Benidorm los conocemos todos; pero él los plantea urgiendo soluciones: las colonias Alfredo Corral y Madrid, el Playmon F y vertebrar Els Tolls. “Benidorm no tiene un ‘Mil viviendas’ o un ‘Las tres mil viviendas’; pero en Benidorm al doblar el último edificio está el campo, como dice Tusquets”. Nos insistió: “Benidorm mira al mar, pero no mira hacia atrás y tiene detrás un tesoro mal cuidado”, que enumeró.
Tertulianos en faena


Apostó por el “litoral verde; el corredor norte”. Coincidimos todos los tertulianos del Meliá que sonaba mejor ‘Litoral Verde’ mientras Txuny -a estas alturas de la tarde ya éramos amigos- nos recordaba que “nos falta concienciación cívica y ambiental y que la vieja idea de Iribas -y de Gaviria- de unir Els Tolls con El Murtal deber ser una realidad”. Lo dicho, revoloteaban en mi cabeza las cosas de Harvey, Garrison y Bunge: “utilizar los barrancos como colectores urbanos y cerramos con un paseo rural”.

Benidorm ya optó a su primera Edusi (que era la segunda convocatoria); no salió. Ha vuelto a concursar a una segunda Edusi (que es la tercera y última; la UE es así). “Fuimos los primeros en aprobar y que no hubiera dinero; aprendimos mucho”. Elogió el trabajo de Guía Consultores. “Fomento nos puntuó con un 7’5”. Ahora tenemos mucho trabajo hecho y estamos ante “un proyecto de ciudad más que de vecinos”: Nuevas tecnologías, eficiencia energética, ecología e integración. La respuesta llegará en 60 días: tic, tac…

Insiste Lizancos en crear conciencia de barrio y pontifica: “de urbanismo, la gente entiende más de lo que se piensa”. Para esta EDUSI, dijo, “se ha hecho un diagnóstico de ciudad; sabemos también que hay conectar La Cala y el Rincón de Loix”. Nos planteó, sabiendo como sabemos, que Benidorm vive del turismo, “no debe olvidar a los que viven en Benidorm” y que “el compromiso ciudadano debe ser valiente e ir más allá del barrio”.

No lo puede evitar; le sale. Denunció en la tertulia la actitud del ciudadano en egenral: “hemos dejado todo en manos del político; y no es así”. No seré yo quien le contradiga.

Hablamos de ‘su’ Asociación de Vecinos, de Els Tolls, de su mascota, de los granotas y de la labor social que desarrollan; “de mostrar lealtad a la ciudad”.

Y, aquí llegados, insistió en recordar que existe una justicia social y que él no descarta “entrar en política como plataforma vecinal; es que vengo del desengaño en que todo lo que se generó en el 77 ha devengado”.

Por un rato volví a la Academia; a la Geografía radical y al poder del espacio urbano… a la ideología de un ambiente contestatario… y recordé mi libro de cabecera: La Geografía, un arma para la guerra (Yves Lacoste). Lo tengo frente a mí: huir de la ‘geografía de los profesores’ y de la ‘geografía espectáculo’… ir a la aplicabilidad, al valor de la Geografía: la Geografía aplicada.

Gracias, Txuny; un café delicioso. Pero yo no tomo café.

Y me acordé de Salvador Dalí y el elogio a Picasso; y lo vuelvo hacia el tertuliano. Sí hombre, de aquello de Picasso  que (como él) era español y un genio y de que… Picasso era comunista; yo, tampoco.

Insisto: ¡Gracias Txuny!






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