5 may 2018

DE CARTEROS A PAQUETEROS




Pues eso, que pasó a tomar café con nosotros por el Meliá Benidorm un sanluqueño que ha pasado por Menorca y recalado en Benidorm, Arturo Hermosilla Camacho, que oficia de director de Área de la Unidad de Distribución de Correos de Benidorm y Finestrat. Del nacimiento del Correo enEspaña ya he dejado un Post en este Blog; y de don Emilio Ortuño y Berte, unbenidormer de pro, también; no en balde el Palacio de Comunicaciones, hoy Ayuntamiento de Madrid, se construyó a instancias suyas.

Tertuliamos con Arturo al compás de un café, pero nos ha quedado pendiente una conversación sobre Sanlúcar de Barrameda y otras aventuras menorquinas que resolveremos uno de estos días. No se me puede pasar por alto esta futura cita; de momento, hemos quedado para recorrer las cuatro esquinas de la Plaza del Cabildo (y la peña del Betis; y Bajo de Guía) y una paradiña en Es Llenegall. A tope.

En la tertulia Los cafés del Meliá nos interesamos por las cuestiones del negociado de Correos. Y Arturo Hermosilla nos brindó algunos titulares que yo retuerzo hasta inferir que “De carteros pasamos a paqueteros” que bien define la evolución del servicio, toda vez que pasamos, muy mucho, de la misiva, de la carta que dio origen a su función, y ahora todo se resuelve con el dedo gordo sobre la pantalla de un smartphone o a través de la paquetería con el triunfo del e-comerce. Es que, como lamentó Arturo, “hasta los juzgados pasan de nosotros; ahora citan por SMS”.

Puede que la cartería esté de capa caída, pero no así, como dije, la paquetería y otras fórmulas que van al compás de las nuevas tecnologías. Vamos, que Correos tiene futuro, aunque como como Sociedad Anónima Estatal de la todopoderosa SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) están ahí entre Pinto y Valdemoro; “pero somos productivos”.

Yo, de Correos, tengo la imagen del amable cartero; de gris en verano y de azul oscuro intenso en invierno. Quiero guardar la icónica estampa de Braulio, el cartero de “Crónicas de un pueblo”… desvinculando a Puebla Nueva del Rey Sancho y a sus personajes protagonistas de toda aquella carga de Principios Fundamentales del Movimiento que, dicen, lo salpicaba todo, pero que yo, en mi niñez, nunca vi. Ahora, si me pinchan, creo que notaría los pildorazos. Quiero dejar constancia de que nunca entendí al joven alcalde; pero sí al maestro y a la maestra, al cura joven, al alguacil pregonero, al conductor del autobús, a la boticaria, al médico, al cabo de la Guardia Civil y al cartero -Braulio/Jesús Guzmán- con su valija de cartas y su bicicleta. Aquella era un España de boina hasta las cejas, pero Arturo Hermosilla me la ha contrastado y me ha puesto el Servicio de Correos a la altura del siglo XXI.


Primero lo conocimos a él. Y siendo de Sanlúcar de Barrameda yo ya lo recibo con los brazos abiertos. Amante de la natación y la fotografía, salió del Meliá con el tiempo justo (eso se debió creer él) de llegar a tiempo a la inauguración de una exposición en La Vila (¡Ja! Llegar, llegaría; pero a tiempo no). La natación, por su parte, le ha venido que ni al pelo, para afianzarse más en la vida: “natación y fotografía me dan la vida”. Arturo es de analógico; no de digital.

Tras pasar, profesionalmente, por Andalucía, Baleares y la Comunitat, tiene claro que en este país “la gente es muy diferente”; y lo que más le sorprende de la Terreta es “la posibilidad y versatilidad de las comunicaciones; desde aquí se puede ir a todos lados”. Pero hasta que (en septiembre) tengamos el vuelo a Jerez, amigo Arturo, a Sanlúcar son 7 horas de coche; te lo digo yo. Y si paras en “sitios estratégicos” (desde cambiar el agua al canario a tomarte un algo); no te cuento.


Se sabe Arturo la legislación al respecto y los cometidos del Servicio, y está puesto, muy puesto, en el devenir del mismo. Como en Francia acaban de darle carpetazo al telegrama (y ellos son Correos y Telégrafos) le pregunté si aquí se iba a hacer lo mismo. Nos contó que -el telegrama- es un servicio que casi no se utiliza; “es habitual en juzgados, bancos y a la hora de dar el pésame; pero, mira, hasta el juzgado cita ahora por SMS”. Señaló, por el contrario, “el buen funcionamiento del servicio de burofax” que es la aplicación de la modernidad de los tiempos.

Nos contó todo lo que se puede hacer desde las oficinas de Correos, que es mucho, muchísimo; y señaló el auge del e-comerce: “el bestial incremento de la paquetería”. Así entramos en las cuestiones del comercio electrónico y la metrización de la actividad y hasta en los usos de residentes nacionales, extranjeros y por nacionalidades. El dinero (por Western Union) se envía los días 10 de cada mes… y otros detallitos.

Me llamó la atención -y no me quedó nada claro- el que sigan en cuestiones de tratamiento del material con el calendario juliano (gran tipo Julio César, ¿eh?; discúlpeles Santidad Gregorio XIII) y que la saca de correos, la tradicional saca que se descargaba del tren (en aquellos tiempos), sólo se utiliza ya en cuestiones de Vía Aérea.

Nos interesamos por el tráfico de cartas en las citas electorales, que muchos lo consideramos absurdo más allá del envío de la tarjeta censal y el voto por correo, y en este tema se detuvo porque en Benidorm es un volumen importante. No solo por las elecciones generales y autonómicas, sino también por las autonómicas de otras comunidades como el País Vasco.

Hablamos del personal de Correos, del cartero y su evolución, de que “ha cambiado el procedimiento administrativo y el personal se ha debido de adaptar a la ley con reparto de mañana y tarde”, de los procedimientos de custodia y hasta de los 26 buzones amarillos que hay por las calles de Benidorm (y alguno verde, de uso de ellos) y de aquellas bocas de león de bronce por dónde -yo al menos, de niño, quería- echar las cartas.

El Servicio Postal Universal, que es un derecho que tenemos los españoles, lo ofrecen ellos con 2.500 oficinas en el Estado español y con varios grandes centros de tratamiento automatizado, como el de Alicante, que es alucinante ver (lo digo yo, que lo he visto).

El futuro es la paquetería (¡Ay China, China, China; la de disgustos que das!) -de cartero a paquetero- y la privatización, que espera tarde aún mucho.

¿Sabían ustedes que está prohibido mandar Lotería por correo? Pues ya lo sabe. Y más cosas. Pero lo que se cuenta en Los cafés del Meliá queda en los posos, en la taza, y ni la cafeomancia será capaz de rememorar lo que allí se cuenta.

PD. Hablamos de los sellos y de los coleccionistas de sellos; y del valor de los sellos. Pero como de eso no entiendo ni comprendo nada (y de Afinsa no soy) pues… al sector Posos del Café.
 PD 2. Si quiere saber cómo era un cartero de entonces, cómo era la televisión de entonces y sus series… y un cartero de pueblo de los 70…


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